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LA HIJA DEL EMBAJADOR

LA HIJA DEL EMBAJADOR

Autor: Nadian
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Capítulo 1 El vestido

Palabras:1585    |    Actualizado en: 22/10/2021

DE

junio

guridad se desconoce el lugar escogido para la celebración del evento pero los rumores apuntan al emblemático hotel Ritz, situado a un km del Museo del Louvre y de las tiendas de los Campos Elíseos. Se espera una gran participación, siendo un evento muy esperado tanto

nte vestido fingiendo una pose de modelo profesional. Alzó la barbilla para verse má

stuosidad del compuesto de su amiga. Brillaba como la nieve, la tela en tono blanco plateado era amplia y vaporosa

voz—. Nunca he visto algo tan… hermoso. ¿Y qué digo hermoso? E

la mano y comenzaron a dar vue

de una cabriola—. Mi madre lo vistió en su propia presentación Euroyoung, veinticinco años atrás. ¿Te l

recían olas silenciosas de un mar en calma—. No me canso de admirarlo, la tela es tan suave y delicada como la primera capa de nieve que se asienta sobre las coro

s en cada ocasión. Mi madre lleva ocho años desaparecida. —Los ojos de Crist

. Los secretos de la

ma fav

xac

mejor amiga soltando

ermana que nunca tuve —declaró c

de su amiga, cambió con destreza el foco de la conversación—. ¿Qué opinas si dejamos el drama? —le pidió en tono alegre al tiempo que le secaba

có la cintura—. Si te soy sincera el vestido me aprieta un poco las costillas. Y estoy tan ansiosa por que llegue el día que no hago otra cosa que consumir carbo

ida un poco las calorías y no habrá pro

sconozco cómo la aguantas. Solo apr

os asintiendo con la cabeza y una r

l cabo somos las flamantes debutantes de este año. Imagínate, la única hija del magnate farmacéutico Kelmed y la

erta melancolía impregnó su rostro o

strictos. No sé si me d

cemos a un grupo social selecto, y no podemos juntarnos con cualquiera. Sin embargo, en este baile —hizo u

i lo que dijiste fue una insinuación a Ian, quiero que sepas q

ga, no pongas cara de tristeza. Acuérdat

as comenza

ación al advertir que su amiga había perdido la buena d

que mi madre aprecia lo clásico tirando a insulso. Es negr

. ¿Pero negro? ¿En un día tan señalado? Sé

o negro y no

omplacer a la gente y encima, lo haces con elegancia y saber estar, parece que no te afecta en absoluto. Es un gran día para ti, ¡haber

n su dulzura c

no me gus

discutir. A veces, pienso que la vida te a

con debilidad, al menos

n Keller—, gritar como un poseso, defender los ideales a muerte, ponerse verde de envidia, son emociones que hay que experi

una pizca de tu vehemencia —suspiró Alisa con un fulgor de tristeza en los ojos

. No te creas, bajo este terremoto de carácter —Cristine se señaló con el índice—, escond

eseó la joven rusa—, y agitarla hasta obtener dos personalidades perfec

ose al eterno dilema de siempre. Creo firmemente que el propósito de la humanidad debería apuntar hacía aq

nas cartas —le hizo

Regresemos al tema del baile —pidió emocionada—. Yo quiero enamorarme. Y vivir un cuento de ha

ertido, atractivo. No atractivo a nivel físico, sino algo más profund

ida a algo más. Un físico de infarto, unos músculos duros como el acero, una boca deliciosa, manos expertas, un paquete generoso... Exíg

se burló Alisa—. ¿Qué

as se echa

Cristine con una enigmática expresión dibuja

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