Abandonada al fuego: La traición de mi esposo
ista de Ce
gura solitaria junto al buffet. Intentaba ocultarlo, pero podía sentir su mirada, una atracción desesperada
irritación. Él se tensó, su mandíbula apretándose. Luego, ella deliberadamente le dio la espalda, b
hombre, y luego a mí. Agarró una copa de champán de un mesero que pasaba y, con un violento estruendo, l
a de rabia primitiva, y agarró el brazo de Isabella
ndo, Isabella? -gruñó, su voz peligr
en shock, finalmen
umpleaños y luego me criticas? ¿Crees que p
ente hacia él, aplastando su boca contra la de ella en un beso desesperado y brutal. Isabella, después de un momen
ino con una profunda sensación de asco. Era una exhibición grotesca, una danza desesperada de dos almas
esprecio grabada en sus facciones. Me vio entonces, de pie junto al buffet, mi
arrepentimiento-. Fue un error. Pensé... pensé que eras el
triunfante
e volvió hacia mí, una sonrisa venenosa en su rostro-. Quiere
Damián se t
te quiero! ¡Te lo di
as, una cascada manipuladora. Agarró un cuchillo de c
por lo que vivir, Damián!
amián se abri
a! -Se abalanzó sobre ella, trat
obre ellos, comenzó a balancearse. Un fuerte crujido resonó en el salón, y luego,
se estrelló contra el suelo de mármol, enviando fragmentos de cristal por todas partes. Damián gritó, un jadeo agudo y ahoga
r sí misma, no por él. El salón estalló en ca
Ni shock, ni lástima, ni alivio. Solo una profunda e escalofriante indiferenci
aos, mis pasos ligeros, mi corazón libre. Salí del club, d