Escapando de la jaula: Me casé con su peor enemigo
te
y empalagoso de la descomposición. Era un perfume que conocía
e a otro. Le pagaba lo suficiente para que estuviera ne
, mi voz sonando com
ó la losa de me
lá de toda esperanza de identificación. Una cáscara ennegreci
do por mi garganta, pero me o
suelo-. Los registros dentales no fueron concluyentes debido a la intensidad del daño
, traicionando mi compostura. Roc
aspando mi garganta-. Lo siento
y se derramaron por mi cara. No había llorado de
silencio. Una vibración sordcándome los ojos.
, protegido por la densidad del propio cuerpo y presionado cono. Un de
uelto firmemente en capas de cinta aislante resistente a
tibio, por el cuerpo o p
padeó, rota pero funcional. Quedaba una barra d
o archivo de
né rep
aba pálida, sentada en la cama del hospital, el fondo inconfun
os de una loca. Estaban
Su voz era aterr
mpiste. Me quitaste mis recuerdos, me despojaste
perdiendo el foco por un segundo ant
ste la mentira. Así que qué
lo. La llama dan
gro porque amaba a un monstruo. Y no quiero volver a verte en la otra
se cort
iguió fue más pes
ré. Las palabras se sentí
n golpe físico. No fue un accidente. No fue
antes que pasar un lat
a de agonía desgarrando mis costillas. Mi
e desgarró. Un líquido salpi
ngre roja
itó el forense, su voz
e rodillas, aferrando el teléfono a mi pecho com
it
terar. Resonó en las paredes de acero,
urió en el frío su
e dejó, el diabl