Escapando de la jaula: Me casé con su peor enemigo
e Dios sabe qu
y fría como un sudario, pensé en dejarme ir.
esulta, es un po
sculos gritaron, hasta que la sal me quemó la garganta. Llegué a una franja ro
. Un trailero me llevó de vuelta a la ciudad. El delirio debió tomar el volante entonc
ntrada de servi
me encontraron antes de que
un hospital. Estaba de vuelta
. Su corbata estaba deshecha, su cami
alivio. Golpeó la mesa de metal con el
matarla de n
n mi garganta. Era un sonido roto
e ahogo
sbalaste. -Paseaba por la habitación como un tigre enjaulado, vibrando con ener
ía que el Dr. Ríos estaba detr
nte-. Aumenta la dosis. Necesi
o con estática y miedo-. Ha sufrido hipoxia severa. Su cerebro está infl
stello del hombre que solía abrazarme cuando tenía
nte, su voz temblando-
lar lo que ya de
verdad. -Usa una dosis más baja. Solo
as de cuero se sentían famili
La droga entró en mi sistema, mezclá
o se desvaneció
sé que mi columna se rompería. La espuma se acumuló en mis
estás matando!
curidad me trag
habitación era bla
a silla. Pelo oscuro. Mandíbu
ra en blanco. Una niebla blanca
egunté, mi voz un
tremeció. -Elen
da. No, eso no era cierto. Significaba... d
dome contra la cabecera, cubriéndome insti
blanco. Parecía que le hubi
esposo -
. No tengo esposo. Trabajo en el... el burdel
raíces, llenando el vacío dejado por el trauma. Eran m
illa con un estruendo ensordecedo
o. Luego oí la voz de una
se abrió.
cama. Sonrió, una curva frí
no te acuerd
darme
y me abofe
me defendí. Estaba entrenada para no
o a Sofía de pie sobre mí. Vio la m
a! -ad
nterrando la cara en sus manos de inmedia
se de él. Pasó a mi lado. Envolv
no puede hacerte daño. N
o de Sofía. Sus ojos estaban
a mujer que lloraba. Solo quería ir a casa, pero al ver sus caras, me d