Sus mentiras millonarias, su ascenso vengativo
sa
erraba a todo, sino por el peso de las mentiras no dichas. Cada trozo de papel tapi
icultosa, un leve silbido apenas audible sobre el zumbido del viejo aire acondicionado. Estaba pálida, sus labios teñidos de
do que viviéramos así. Había creído sus promesas vacías, sus cuentos de integridad artística y lucha financiera. Había permitido que m
de artista" (que era solo una vieja camisa manchada de pintura) colgando holgadamente de su cuerpo. Sonrió, una
tenía una promoción. Pensé que Ceci necesitaba un capricho". Sacó una caja de cartón blanca.
rocharía, ya sabes, con la galería rechazando mis últimas piezas de
ida gourmet, apenas unas horas antes. La "promoción" era probablemente su precio estándar y exorbitante. La sangre se me heló. No solo lo había com
rieron. No quedaba nada más que un vasto y vacío páramo en
eña nariz se arrugó y una leve sonrisa apareció
rcó a ella, apartándole el cabello de la frente con una ternura que se
ntasma. ¿No estás contenta con la pizza? Sé que es un poco excesivo, pero solo quería animar a Cec
raer esto a la casa, con el asma de Cecilia? ¿Siquiera recuerdas lo que dijo su doctor
ue, no la veo mucho, ¿sabes? Siempre trabajando. Siempre en el estudio. So
sita con tu amante en un penthouse de Polanco, Javier", quise g
os deliberados. Sin decir una palabra, la le
de Javier se alzó en protesta. "¡Es bu
ote rebosante. El rico aroma a trufas ahora se mezcl
ero que ganaste con tus esfuerzos de 'artista en apuros', Javier?
on la mandíbula floja. El encanto fácil se des
recuperarse. "¿Fabiola Wagner? ¿Quién es esa? ¿Al
ificio condenado, tratando de mantener viva a nuestra hija asmática, mientras tú financ
la cama, agarrando su oso de peluche. Su peque
a. "¡No te atrevas a hablar así delante de
e estabas cuando tuvo su último ataque a las 3 de la mañana? ¿Dónde estabas cuando lloró hasta quedarse dormida porque el moho le pic
mocionado. "¡Eso no es justo! ¡Yo p
eres un tiburón de la bolsa! ¡Un director de un fondo de inversión! ¡Vi la
n. El miedo fue reemplazado por una furia f
palabras como hielo. "Un trabajo que paga
presión suavizándose de inmediato. "Es mi agente", murmuró, ya dándose la
ra. Otra e
?", me burlé. "Com
de golpe detrás de él. El viejo depa
razándola. Ella enterró su rostro en m
de nuevo. Esta vez, era un número
or cierto, se le olvidó recoger la comida. Qué tonto es ese hombre". Se rio. "En fin, solo quería que supieras que me acaba de enviar un nuevo collar de
a. "¿Necesita algo más, señorita
apuros. Dijo que te dijera que las quiere todas fuera. Borrón y cuenta nueva, ya sabes. Y ha decidido darme el control total sobre la venta de
me invadió. Esta mujer era veneno.
hecho", dije
amente ajena. "Realmente eres una abejita o
ea muerta. Predecible. E
el miedo. Mi corazón se retorció. Mi hija mere
, su voz apenas audible
ra había expresado el pensamiento, pe
arla, decirle que todo estaría bien.
dola a sus ojos inocentes.
en la mía. Un destello de algo que
i tiene otra familia?", p
do se