Mi matrimonio forzado con un caballero en coma
vista de
me ayudó a bajar de la montaña, llamando a una ambulancia. En la sala de e
erida. No pude explicarlo. ¿Qué había que decir? Mi familia me golpeó, no por malicia,
erme así, y sé que no quisiste... bueno, ya sabes. Mamá y Papá están muy preocupados por tu cabeza. Me dijeron que te enviara esto. ¿Ves? Estoy bien. Solo un pequeño golpe. ¡Nada comparado con lo que tú sufriste!* La cámara se movió ligeramente para revelar a mis p
iados de que yo vaya a Monterrey en lugar de ti. Eres demasiado sensible para toda esa pr
adecida de haberme salvado. Ni siquiera reconocieron mi dolor, solo el dra
itación, el silencio un extraño consuelo después de años de guerra emocional. No salí, ni siquiera
tación, atraída por la inusual conmoción. El gran salón de baile, generalmente reservado para galas formales, estaba ilumi
l rellano, esbozó una p
o el cumpleaños de Jimena! Es muy importante ma
dre s
ueltos en una mesa. Uno, pequeño y elegante, claramente para Jimena. El otro, sorprendentemente, también era ba
sirvienta su
e toca la peor parte. Todo el mundo
misma, una amarga afirmación: «Soy la novia prometida. Soy la que debe casarse con K
guía cada uno de sus movimientos. Observé desde las sombras, una invitada invisible en la celebración de mi propia familia por mi reemplazo. Nadie me no
a Jimena. Mi madre le presentó un fideicomiso, una porción sustancial de
ida. Ahora eres de la familia. -Los
rciopelo carmesí. La abrió, revelando un magnífico collar de diamante
olocándolo alrededor del cuello de Jimen
adeó. Estalla
es es
rza parece ado
, prácticamente
sido mías, sentí una extraña sensación de claridad. No solo le estaban dando cosas; le