El Despiadado Regreso del Maestro Caído
lia
de Camilo Viveros fue solo un fallo, un temblor momentáneo en el paisaje por lo demás
arecer, tenía otros pl
cuadráticas a un salón lleno de adolescentes con la mirada perdida, mi celu
óstico era sombrío. ¿Y el costo? Una asombrosa cifra de cinco millones de pesos, sin incluir los cuidados postoperatorios.
. Cada camino llevaba a un callejón sin salida. La desesperación, un manto frío y pesado, se posó sobre mí. Me senté junto a su cama, ob
. Un número desconocido. Mi estóma
voz ronca de
Bu
mi
bía? Un pavor helado se filtró en mis huesos. Su red, su alcance, era mucho más
úmero? -exigí, mi voz más
si arrepentido, susurr
Lo que importa es q
nuevo. La voz suave y tranquila que siempre logr
. Ya he arreglado que la Dra. Lena Hansen, la neurocirujana del Mount Sinai, venga en
Ese tipo de atención médica de élite estaba más allá de los sueños más salvajes de mi realidad
bras se sentían huecas y débiles incluso para mis propios oídos. La vida de
, perdiendo su barn
de ti. Se trata de Gilberto. Y no puedes
nica, me atravesó. Conocía mi debilidad. Siempre la había conoc
urré, las palabras
spectivo-. Por ahora, concéntrate en Gilberto. Yo
oder, en mi momento más vulnerable. La vida de mi padre se estaba salvando, sí, pero ¿a qué costo para mi alma? Estaba atrapada, atrapada en su red una vez más, atada p