Mi hermana me robó a mi compañera y se lo permití
vista d
gre de Seraphina t
necesitando mi protección después de años de haber descuidado su entrenamiento de combate... Sin embar
ón dio u
posa, la madre de mi hijo, la compañera que nunca había reclamado en público.
zos a los renegados. Debí haber agradecido a la luna cuando
tra su pecho desnudo, un gruñido salió de mi garganta antes de que pudiera cont
ruñó Asha
después de haber firmado los papeles de divorcio, no desp
ba una compañera que nunca
su cintura me dio ganas de esparcir s
l teléfono me arrastró de regreso
o estaba? No lo sabía. Había visto su vestido hecho jirones, había visto su sangre derramándose por su espalda. No obstante, yo no había s
ias, nadie se había ac
l que algo peor le había pasado a Sera? ¿Cómo justificaría que había
que había pasado entre nosotros dos, lo úl
a es
la puerta se abrió
an por debajo de la manga enrollada de su blusa. Como no tenía
r y las heridas como algo común me hizo senti
era dentro de la habitación, un médico o enfermera. -Gracias...
en azul, como peces en un mar cerúleo. Durante estos diez largos años, había evitado a propósito mirarlos con d
de nuevo ante su peligroso atractivo y traicionar mi amor por Celeste. No obstante, en este mome
a se hubiera congelado y ya no había nada, ni siquiera
Se
, rezando en silencio a la Diosa de la Luna desde que ingresaron a Sera en camilla. Dos visita
y corrió hacia ella. Sera apartó su mirada de la
ret habló con voz temblorosa mientras
trás, dejando las manos de su madre en el a
e largo hacia donde Ethan y Celeste est
fa, lleno de desaprobación-. Mamá solo est
l corazón. Esta no era la Sera que conocía. Ya no era la mujer que una vez se había aferrado a nuestras raras muestras de bo
repito... -Una sonrisa fría apareció en su rostro. -¿A quién le importa una perded
diga
ia mí con los ojos despojados de toda su ternura del p
ondí tenso. -C
ió con firmeza antes de
tando su muñeca-. Daniel está a salvo ahí y
eaban su brazo y frunció el ceño. Ento
ue atacaron a tu padre. Esto no fue un ataque al azar, Sera. Están cazand
tiene eso qu
todos en la habitación contuv
espetó Ethan-. ¿De verdad eres
ce años. -Su voz atacó como un latigazo
a mano por el cabello a medid
un paso con los ojos brillando como diamantes-
La miré
qué están todos aquí tratando
loca, Sera?! -e
indiferencia-. Firmé el divorcio y me mudé. Ahora que ya term
dientes. -S
con una promesa tan afilada como el borde de un cuchillo -ap
e por mi nariz. -
n Celeste, pude sentir su m
río. -Tu auto sigue en el cementerio. Aunque estemos divorciados, sig
saba. Incluso cuando estabas justo a mi lado, no me elegiste. No confia
rtencia en mi voz debería
i siquiera dud
omo una bala de plata
, así que su distanciamiento
a trazado entre nosotros me hacía qu
es... temporal, ¿verdad? -Sus dedos temblaban contra m
a, a la mujer que había amado dura
mano con la mía y la apreté-.
, ahora que mi papá no está, no..
, acercándola-. Nadie
edecían mi camisa. No obstante, mi mirada traicionera seguía obser
se enroscó en
r q