El último y amargo adiós de mi corazón
NA SA
do. Me obligué a caminar, a parecer normal. Llegar a casa fue una victoria, pero se sentía vacía. La
entemente, su mano alborotando su cabello de vez en cuando. Él levantó la vista cuando entré, sus ojos se encontraron con los míos por
ue Débora solía cuidarme
, luego forcé una sonrisa. Se
ías. Hola
normal, molest
ostro una máscara de
ás en casa! ¿Cómo
yo había admirado durante meses antes de finalmente derrochar en ella p
a chimenea. Mi lugar. El lugar donde siempre me paraba cuando llegaba a casa,
ija. Sostenía un sobre grueso en mi mano
za, su expresión de
, no debiste. Siem
illaban con una avaricia
e la familia Salazar, la casa que nuestros padres construyeron, la que yo había salvado de la eje
escaneando el documento. Sus ojos se abrieron de p
. la casa. Nuestra ca
un susurro
corazón se desmoronaba en polvo-. Un regalo. Un regalo especial para una amiga especial
oscuro -triunfo mezclado con confusión- cruzó su rostro. Luego, recup
. Esto es demasiado. Sabes cuán
as frías y claras en mi mente. Mi futuro se medía en
bajó a un susurro b
Todo lo que tú y Dami
ero mantuvo mi mirada,
nión. Bendigo su futuro. Solo manté
a ducha, con el pelo todavía húmedo. Se quedó helado a
uí? -exigió, con un t
arrando dramáticamente las
tan buena conmigo! ¡Me ha
hogada pero lo suficientemente
able, tan d
descifrable. Una mezcla de conmoción, alivio y un t
mi voz apenas un susur
seguía pegado a su juego,
ra, ¿de acuerdo? Ella sab
ojos nunca dejaron la pantalla. Luego
omprar ese juego nu
a triunfante, casi impe
, cariño. Lo
rte superior
eña e inocente, la voz de mi h
ias,
estabilizarme. El dolor físico era un latido sordo comparado con la herida abierta en mi alma. M
errumbé en el suelo, mi cuerpo sacudido por los sollozos. El cáncer, usualmente un asesino silencioso e insidioso, rugió a la vida, sus tentácul
ndo. Y ya me ha
os, joyas brillantes. Todo por lo que había trabajado, todo lo que poseía. Pronto, todo sería de
tero. Demacrada, pálida, con los
a que me devolvía la mirada-. Tres se
ados para siempre. Esta noche era solo el comienzo. La revelación de su engaño, meticulosamente planeada, sería mi último y d