Su prometida indeseada fue su verdadera salvadora
e Nin
bre en la carta de renuncia. La tinta se veía aus
de Nina Garza, la
cio del Cártel, disfrazada de un centro de trauma de primer nivel. Había pasado cinco añ
l administrador. Parpade
voz bajando a un susurro ne
a Vega -dije bruscamen
rrey se sentía pesado, como si presionara mis pulmones con e
el silencio que había cultiva
Bolsos de diseñador con herrajes
estab
á, revisando su teléfono. Isobel estaba inclinad
te, incluso. El aire del
lviste
unció el ceño al ver los e
jarrones? -pregunt
lana-. La señora de la limpieza vien
e, sino porque no le importaba lo suficiente
nrisa afilada y depredadora
ble con el itinerario. Incluso encontramos este
bien
evantó, ajustándose los puños de la camisa-
cansada
na petici
que usaba cuando daba órdenes a sus
. No seas celosa. Es solo una cena. A me
o sobre su v
on. -No seas grosera con ella,
stido negro. Se sentía apropiado
iado tenue y los menús no tenían precios. Dante se sentó a la cabeza
ero se
iquiera ab
rrilla. Sin salsas pesadas, nada ácido. Tiene
asando sobre mí como
de Mariscos. Es el espe
asintió
las manos cruzadas en mi re
sobel, continuando una
dije en
reía de algo q
an
molesto
comer el
e te estás quejando
rón -dije-. Soy alér
quedó en
os se abrieron con falsa simpatí
espacio vacío donde había est
cuándo?
a la garganta. Llevo un EpiPen en mi bolso. Me
atando de aflorar, pero estaba en
lujo de Isobel. Conocía su ciclo de
prometida podía morir
urmuró. Bajó la vis
-. De todos modos
silla ha
ibró en mi bo
Ju
llí mismo,
Bu
stá listo para el día 20. Eso es en cuatro días. Necesitas estar en el aeropuerto a
do agua a Isobel, asegurándose
s décadas. Y en ese momento, el último la
gura, Jul
sposo? -
rectamente
-dije al teléfono, mi vo
Dante se leva
se va? -