¡No me detendré hasta recuperarte, mi luna!
ra que me la estaba dando, no quería na
romper el vínculo que comparti
quieres? -pregunte
tionarlo!? -gritó alfa Rastus en mi cara, haciendo que mi
Tampoco podía encontrar una respue
ía estar con Larisa y si quería que yo
r enfrentarse a su furia-. Agarrad a esta mujer insolente, devolvedla a donde pertenece y dejadme advertiros... -Los guerreros podían se
espondieron
ltima vez antes de que sus hombres
regresó
chiste me ha
ta de que ya no era una mujer casada, sino que me había c
.
RAS
varias horas desde que la mujer con la que me obligaron a casarme y aparearme
caro el
se cree
diosa
cia
erte que había en el bar, con la esperanza de que matara mi ira y estabilizara mis emocion
por la que latía mi corazón resonó en el bar y mis ojos buscaron ansiosa
con sus viejos amigos unas horas después de que la mujer con la que me vi obligado a casarme me molestar
molestado -dije, dándome la vuelta en mi tabur
o una copa de vino, con los
s aquí ni me necesites. Tal vez regresar d
que te he extrañado? He pasado los últimos años tratando de encontrar
n roto. Pensé que ella estaría feliz conmigo ahora que me había convertido en el alfa
para ti. Como si te hubieras enamorado de e
ujer, Isa -susu
izó y sus ojos buscaron los míos en b
e significa el mundo para mí -pronuncié esas palabras arrastrando las palabras, mi vista se v
uró Larisa, pero sus ojos brilla
or favor. -Estaba preocupad
que siempre había deseado. Ella era mi mayor deseo y tene
s pasos hacia atrás antes d
por haber bebido tanto. Sabía que, si Larisa hubiera estado cerca, no habría tenido
s. Me vi obligada a vivir una vida solitaria, luchando cada día con el corazón roto, Ras. Fue difícil sobrevivir sin ti, pero sabía que no debía interponerme en
tonces y no la necesito ahora. Tú y yo habríamos liderad
lla intentó romper el vínculo? ¿Por qué la tienes aferrada?
Larisa que la mantendría cerca porque ya había creado un vínculo con ella y romper ese vínculo ser
que eso la la
or mi culpa. Lo único que quiero es quedarme a tu lado, estar contigo y
ero eso. Lo des
ó Larisa y yo negué con la cabeza, odiando no poder abrirle mi corazón y mostrarl
iscrepé rotundamente, in
que realmente queremos. Tampoco quiero causarte ningún problema.
tillo. Anhelaba correr tras ella, pero mi corazón
ulpa de esa mujer! -grité con fuerza, pe
su nombre ni siqui
Larisa, y la mantuve cerca por el mismo propósito... Ne
su propósito ahora
o la ira que me recorría como lava ardi
me volvió más loco. Me apreté los calzonci
snúd
N