La obsesión secreta de los Alfas
vista d
e, mirándome como si me hubieran salido dos cabezas y de algu
mario, de donde saqué mi bolsa de viaje, que come
de sonar dolido. A través del espejo, clavé mis ojos
?", pregunté. Al ver su expresión de desconcierto, cont
encontrarlo en nuestra cama, cogiéndose a otra tipa, sent
e dijo, restándole im
lta y lo fulmin
cerme sentir que me estoy volvi
l pene de un mordisco?", preguntó casualmente, haciéndome sonreír a pesar del trauma que recorría mi
lo había oído decir hacía menos de dos minutos
ue parece,
los ojos en la mujer que se encontraba envuelta en la sábana con
de la cama, sacudí la cabeza y e
maleta de mano todo lo
se de la cama, desnudo y sin vergüenza. "El t
ra me echaría la culpa, al igual que sabía que le daría
e arreglas para mí", dijo, pegan
mi maquillaje y lo metí de golpe junto con el resto de mis cosas. Luego cerré mi
s para seducirme. Así no tendr
al oír que se rompía el frágil hueso de su nariz. La sangre salpicó mi vestido y yo contemplé al hombre, asombrada, antes de soltar una ca
gruñido que mi loba soltó cuando él intentó aga
ndo en que mis ojos brillaron con el azul frío de
noqueó, y su cuerpo se precipitó hacia atrás y cayó al suelo. El tipo e
ado de Lottie!", le gruñó Sage a la temblorosa m
-
peando el borde d
y a mí, con preocupación. Al parecer,
creo que hace falta otra copa, ¿no crees?", solté,
mi vaso de mala gana, curv
sonreí. Las dos estallamos en risitas infantiles, mientras el empleado se
abía pasado las últimas horas embriagándome, bailando y tratando de olvidar mi desamor. Pero al ver
to cuando intentaba ponerse seria. "Mañana tengo que estar perfecta". Con
sobre mis piernas tambaleantes. Mirándola con impotencia, levanté dramáticam
te mato!", respondió ella entre r
de la manada; Lilly le pagó al conductor y me
risas, haciéndome señas para que subiera las
llegué a su habitación; empujé la puerta y
una carcajada, quitándome el vestido por encima de la cabeza, mie
retratos con una imagen del hermano mayor de Lilly de pie. Orgulloso, tenía su brazo entrelazado con el de su padre y sonreía a la cámara,
oca abajo, pues no quería que sus ojos
margamente mientras me miraba en el espejo de cuerpo entero, pe
o la vida imposible mientras crecía hasta que se fueron a entrenar hacía unos años, así que estaba acostumbrada a ser el blanco d
nio del agua corriendo. Había dejado a Lilly abajo. Entonces
de azulejos de mármol. Tenía los nudillos blancos por la presión y una complexión más musculosa que cuando se fue. Además, su cuerpo estaba cubierto de tatuaje
mientras él movía su mano de arriba abajo, dándose plac
as!", graznó, mirándome
n puñetazo de la nada, y caí de rodillas. A la distancia, oí el grito de
lo siguiente que supe fue