Su Corazón Silente, Su Traición Ardiente
ez de madera haciéndose añicos en el suelo. Me tragué la amargura, forzándo
, se reproducían una serie de videos: la boca de una mujer, formando palabras meticulosamente, cada movimiento
enciosa flotando en el aire. ¿Por qué ahora? ¿
me por un tiempo. Un largo tiempo". Se detuvo, de espaldas a mí, mirando por la ventana sucia a la
miento fue un golpe repentino y desgarrador. Mi visión se nubló. Un
e su traje. Apreté, luego me señalé a mí misma, luego a la puerta, luego a
sprovista de la calidez que recordaba. "Es demasiado peligroso. Y... necesitas concentrar
el viejo Bruno. "¿Recuerdas cómo siempre soñamos con una vida más allá de estos muelles? ¿U
palabras, destinadas a calmar, se sintieron como una traición. Dejé caer la mano, mis h
en mi mente, los sonidos extraños y silenciosos. Sentía la lengua pesada, sin usar. Recordé lo difícil que había sido aprender algo nuevo de niña, lo frustrante que mi mutis
una mueca de desprecio torciendo sus labios perfectos. "¿Todavía jugando con tus juguetes, mudita?". S
ella, esperando, rezando, por Bruno.
expresivo. Mi corazón dio un vuelco. ¡Es
o se quedó allí, con
a carga, ¿no? Un ancla silenciosa que lo arrastra ha
a Bruno, mis ojos suplicándole
, apretando la mandíbula. "Tiene sus desafíos, Kassandra", dijo, su
o. Mi corazón no solo se rompió; se fracturó en mil pedazos. Sentí como si mi pecho se estuviera colaps
osa simple y barata, pero era nuestra señal. Un soplido agudo significaba "peligro". Dos significaban "te necesito". Tres signific
r, su rostro una máscara de indiferencia. Recordé su promesa el día qu
s. Luego otra vez. Y otra vez. Desesperada,
s encendidos. Se abalanzó hacia mí. Mi corazón se agitó c
ón. Estaban llenos de una furia fría y rabiosa. Vio mi rostro surcado de lágrimas, el silbato tembla
do escalofriante. "Oh, ¿está hacien
con los pinceles y el carboncillo, se cerraron en puños. Sin pensar, ataqué, mis uñas a
a cara. "¡Maldita bestia inmund
¿Qué has hecho?". Me agarró del brazo, sus dedos clavándose.
verme. ¿Disculparme? ¿Por qué? ¿Por defenderme de s
fante en sus ojos. "Oh, está bien, Bruno. Ella no sabe. Es solo una cosita salv
ás, un dolor explotó en mi cuello mientras tropezaba, golpeándome el hombro contra la pared. Él estaba mirando a Kassandra, sus
visión se nubló. Seguía mirando a Kassandra, ign