Su esposa, la secreta genia forense
"Bela" G
, cortesía del médico del barco, l
quemadura en su mano, dándome la espalda a
mi bolsillo. Un mensaje de
letada. Buena su
osa que casi ahogó el dolor,
unos minutos después, su r
mente posándose en las quemaduras severas y ampol
i el horror destellar en sus o
ensa. "En cubierta, con el
e haría que el médico volv
lena llegó desde la cubier
s delfines están aquí!
entre mis piernas destroz
igió
la elegí
f
bierta como un mueble olvidado, mientras los cuatro es
lfines saltaba entre las olas, sus cuerpos p
rreó Helena, apoyándose
as era un eco sordo y palpitante del
propio
v
ncontrando los de Helena a
ndo el sonido de las olas, "no tener que v
as salieron de mis labi
sacudió el yate, ahogó la
regresado con un