Por favor, no te enamores
zás más, el sector de relaciones públicas no sabía cómo manejar la falsa historia, y él no tenía como demostrar lo contrario, peor aún, no sabía qué hacer co
e no era gay y, que él no arruinó su matrimonio, que su hijo estaría más que bien a su lado, y lo más importante, que aun podía seguir siendo el CEO de Lumina Entertainment, y aunque su hijo debería ser su mayor preoc
tenía
había convertido, el chisme ambulante de la empresa, los hombres le huían, como si él fuese algún acosador, incluso susurraban que en más de una oportunidad les había coqueteado, algo que era ridículo, y las modelos y actrices... lo veían con odio, solidaridad femenina, lo llamaban, aunque con el único que deberían tener un mínimo de solid
o sirve
r, fue amor a primera vista, eso suena bien para una historia romántica de las que su compañía producía, mas no en la vida real, y Alexander necesitaba un romance lo más real posible, una novia que declarara en el juicio que se llevaría a delante por la tenencia de su hijo, que Alexander no era una persona violenta, ya ni siquiera le interesaba aclar
oy arr
contra la puerta de su oficina, que justo en ese mo
or D
pensó, pues había supuesto que estaba solo en aquel lugar, ya era muy tarde como para que algún empleado se quedara, y mucho menos una mujer, si antes creía tener una posibil
correré con los gastos, no quise herirte, jamás lo haría, no soy un golpeador. - Sofía nunca había visto a su jefe hablar a tal velocidad, aunque estaba aturdida que no se trabara con palabra alguna, Alexander era un orador de primera, pero más que eso, la joven estaba aturdida por la forma en la que las manos de su jefe recorrían su rostro, algo que
iera al periodista que había logrado ingresar hasta el último piso, que era donde ellos se encontraban. - No debería... - las luces de
de Lumina Entertainment sostenía en brazos al estilo nupcial a su secretaria. - Señor Thompson, ¿ella es la nov
tarea imposible, pues desde hacía seis meses, Alexander hacia pesas y pasaba largas ho
ni su equipo de trabajo sufra daño alguno, no queremos más malentendidos. - ordeno Alexander, con una calma que hacía más de se