Ya no soy prisionera, reina del juego
rostros palidecieron en el momento en que se dier
Laurence, incrédulo.
la luz en su muñeca. La envidia la retorcía por dentro. ¿Por qué lucía tan pulcra esa mujer? ¿Có
su voz a sonar herida, "Laurence fue a buscarte a la prisión para traerte de vuelta a casa. ¿Por qué no quisiste volver? ¿Aún e
el simple hecho de hablar fuera demasiado. Parecía tan
labios curvados en una media sonri
ta con
era demasi
mucho más cerca
la piel. El impulso de borrar de su rostro
firmes, se ajustó una manga y se dirigió a ellos en un tono casi juguetón. "¿Hogar, dices?", soltó una risa su
eció. "¡Aimée!", exclamó. "¿Qu
espalda y se volvió hacia la dependie
a de crédito negra sobre el most
o apareció en sus ojos. Aferrándose al brazo de Laurence, le s
cerlo?". Se volvió hacia la vendedora, con desdén goteando de sus palab
te incómoda, se movió in
enarcó una ceja y dijo: "
e sorpresa se extend
sala. El precio de la prenda, que apenas valía medio
erraron con tal fuerza que sus nudillos se pusie
esa cantidad de dinero, ¿v
su sorpresa con un bufido. "Deja de hacer teatro, Aimée. Y dime d
ral: "Es la tarjeta negra del Grupo Reid. N
rupo Reid, todos en la
onó, silencia
idad mientras luchaba por procesar lo que acababa de suceder. ¿Acas
, Aimée se tomó su tiempo para acercarse. Una leve sonrisa se dibujó en s
n toda la tienda. Rylie tropezó hacia atrás, agarrándose la cara,
e?", preguntó con falsa inocencia
la paciencia y c
azo a la espalda y le clavó el tacón del zapato con fuerza en la rodilla. Él se estrelló contra u
se inclinó cerca. "Intenta ponerme una m
loca!". Con un bufido despectivo, Aimée lo soltó y se sacudió la mano antes de vo
olso, sacó un frasco de Crema Lumen y la
as podían conseguir esa marca; un
do su envidia al verla usar algo tan cos
ra tan
ien como Aimée terminara v
ra contener las lágrimas y se volvió hacia Laurence. "Laurence,
contenible mientras señalaba con el dedo a Aimé
su propia familia dejó atrás y arrojó al campo?". Lo miró fijamente con una mirada fría. "Y la
, la vendedora presentaba cuidadosamente el vestido a Aimée, tra
da más que hacer allí, tomó a Laurence del
si fuera a lanzar otro insulto, pero la expres
ante todo el camino a casa
tranquilo y seguro de Aimée. Se clavó las uñas en las
aba tiempo a las mujeres. Por más que lo intentaran debuta
de un pueblo rural. ¿Qué podría haber
mente trabajaba para el Grupo Reid, n
amilia Reid. También estaba su hermano, Kayce Reid, famoso p
que s
o, mira eso", murmuró con malicia, "Una perra y un
a de Rylie crecía. Claramente, Aimée se pa
to silencioso. "No te saldrás con la tuya, Aimée. Me encargar