Ya no soy prisionera, reina del juego
ch negro esperaba
el volante, con la mirada fija en
e todo lo que había
ble de Aimée habían cumplido todas las expect
on su característica sonrisa burlona en su lugar. "Andrés, ¿desde cuándo te enredas por una
y le respondió con u
siado tiempo. El silencio de Andrés si
si acabara de descubrir un gran secreto. "Vamos, Andrés, no me digas que te gusta",
etuvo sobre el volante. Acto seguido, s
cción? ¿P
era ri
lemente un activo, la gall
n multiplicarse por diez. Esa era l
on un vago "hmm", encogiéndose de
sorpresa exagerada. "¿Lo dices en serio? ¿A
asta que se perdieron de vista. Había una confianza en la forma de cami
ella. Supuestamente, era una chica corriente de la nada, apenas educada,
parecía en nada a la sombra de esos viejos informes:
nchó la sonrisa y dio una palmada en el tablero. "¡Est
llegó a su límite. "Cállate. No es
x. "Has confiado en Vicki con tu vida durante años. Y a Aimée
Porque puede multiplicar mi inversión
ito. "Espera, ¿qué
abra más, Andrés
¡Espera, Andrés! ¡No me digas que te están engañando! ¡Es imposibl
ltó con un tirón brusco. "Félix, una pala
ue Félix se call
mée dominaba la sala. El elegante vestido negro se ajustaba a su c
la de acero.Apoyada en la barandilla, golpeó su copa, su afilada silueta con un ajusta
sas rotas y rostros magullados, pero sus ojos ardían con u
Eran los hermanos de Nicola:
son habían dominado este lugar como campeones in
todo y los llevó a ambos a prisión de por
án y dejó que sus labios rojos se curvaran en un atisb
ó de la multitud y todas las
os dos son implacables", advirtió. El dueño se tomó un momento para estudiar al grupo con el q
aban como gente que sabía
evas estrellas del club. Ningún retador
a todas las ex