Su Gélido Regreso: Una Heredera Vengativa
ista de Al
e pudiera reaccionar. El aire fue violentamente expulsado de mis pulmones. Puntos negros
l mío. Sus ojos ya no estaban llenos de diversión fría, sino de pura furia
is huesos. El vidrio destrozado de la botella de champaña se clavó en mi espalda y bra
aplastando mi cuello, la otra agarrando un puñado
gruñido bajo y aterrador-. Arr
uñas raspando su piel. No podía respirar. El m
una máscara de furia psicótica-. Te di un hogar. Un
y retorcida se ext
il -se inclinó más cerca, su aliento caliente contra mi oído-
a de Casandra, una semana después de que me exiliaran
goteando malicia-. Un pequeño regalo de agr
, mostrando a Fernando al fo
ecioso caballo -había dicho-. Quería verte quebrarte. Me
jado a un susur
, podrías ser la siguiente en su lista
oca saliva que me quedaba en la boca, espesa con el sabor metálico de la sa
izó en su mejilla pe
e entrecerraron en pura repulsión. Por un momento, s
apertura q
respiración cruda y entrecor
risa sangrienta estirando mis
or, mi voz un eco ro
terminado de
de él hacia los rostros ho
lastimaron -declaré, mi voz haciéndose más fuerte con ca
tormenta de rabia. Se limpió la saliva
grosamente tranquila-. ¿
ie, cerniénd
sonando con autoridad-. Vigí
r sus amigas. Se arrodilló a su lado, su expresión suavizándose en una de gentil preoc
u voz ahora un bálsamo calmante
ollozos teatrales, enterr
afilados del vidrio se clavaron más profundamente en mi piel, pero ape
uevo, esta vez mezclados con
onta por
ró a Casandra?
ad. Es solo una huérfana que acogió. D
ideo comenzó a reproducirse. El sonido deun golpe físico, robánd