La caída de un doctor, el ascenso de una reina de la mafia
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la Jefa de Residentes en uno de los mejores hospitales del país, la exitosa Dra. Falcone.
adre aparecía como "Emilio Tomás", el segundo nombre secreto de mi esposo. Entonces, la voz de mi marido sonó a través d
a mujer mala que quiere alejar a mi papi!". La multitud se volvió en mi contra, susurrando que yo era l
ó el vientre mientras la sangre empapaba mi vestido. Perdí al bebé que ni siquiera sabía que esperaba: el heredero legítimo
lla lo había planeado todo y que Emilio juró que nunca tendría otro hijo después d
as dos líneas rosas en una prueba de embarazo que me había hecho antes de la gala. T
ítu
na
vino de un balazo o de una familia rival. Vino de un niño de cuatro año
prueba de un talento que no tenía nada que ver con ser la señora de Emilio Moreno. Aquí, en los
es ell
a demasiado cara para una clínica de consulta externa.
a -dijo, con voz
orio. Mientras hacía las preguntas de rutina,
-pregunté, con la pluma sus
ió la mujer, Ximena-. Uno e
verdad, y vi el patrón tenue y revelador del sarpullido. Era una rara
m
vuelta al formulario de ingreso. Bajo "Nombre
ombre que nunca usaba. Un nombre, me di cuenta, susurr
undo, tan sólido y prístino momentos antes
dijo Ximena, con los ojos fijos en mí, con un brillo
nuestro penthouse, a los cinco años que había pasado com
estó, su voz volviéndos
, mi
l altavoz. Una voz que escuchaba cada no
il
pesado en mis manos temblorosas. M
estás?*,
a junta con los lugartenientes, mi a
. Tan fácil
da privada de la clínica. No tuve que esperar mucho. Un sedán negro blindad
trasera
io s
abría la puerta del copiloto para Ximena, luego se inclinó para desabrochar al niño de su silla
a. Era un abismo que se abría b
rdado semanas atrás. Una oferta para una prestigiosa beca de investigación
otó sobre
mano firme, pr