La caída de un doctor, el ascenso de una reina de la mafia
na
beca requiere un aislamiento t
n alambre tenso de preocupación pr
a voz sonando distante inclus
preguntas. Había puesto en marcha el
mausoleo. Era frío, opulento y muerto. Cada superfic
adoramente guapo en su esmoquin hecho a medida, sus ojos ardiendo con un fuego que yo había c
lo sentí. Barrí el marco de la repisa, luego el siguiente y el siguie
paqué mis libros. Mis revistas médicas. Un pequeño relicario de plata deslustrado de mi abuela.
la consejera no oficial de la familia Falcone, y
e golpeó antes de que siquiera hablara. Era un aroma floral, dulce y empalagoso.
esa sonrisa depredadora y carismática que u
jo, sacando una pequeña y e
na botella de cristal ll
ume. El que usaba Ximena. Al
ba. En los cuatro años de nuestro matrimonio, había olvi
arrojé. Lo miré dir
peligrosamente tranquila-. Ahora. Quie
concertado po
esto. No es el momento adecu
arra. Lo miró, su atenció
tomar est
su voz bajaba, volviéndose gentil. Oí
ultos en redes sociales, bloqueados para todos excepto para unos pocos elegidos. Fotos de Emilio en un parque con Ximena y un niño llamado Leo. Una fies
. Era una burla.
lavabo, mi cuerpo convulsionándose. Pero esto era más que asco. Era una sensación qu
sible y terrible, se encendió
ril del baño de una farmacia de 24 hor
íneas
embarazo del heredero