Mi boda, no contigo
ista de Bá
silencio ártico. Me senté junto a la ventana, con los audífonos con cancelación de ruido puestos, mirand
e reojo constantemente, con el ceño fruncido por una ansiedad que era casi cómica. Estaba acostumbrad
rriba -intentó, su voz
me
ró la g
e deberíamos aterrizar
nte, fingiendo que no podía oírlo p
ón. Se estiró y me quitó uno de los audífonos
ntamente, mi expresi
escu
y muerto de mi voz. Se hundió de nuevo en s
Como
te ridículamente de moda de la Zona Hotelera. Todo el fin de semana era su
o el tenso silencio-. ¿Todos los pl
n el último segundo posible, confesar. De que pudiera mostrar una pi
, forzando una
fío en tu juicio en estas cosas, nena.
a desmantelado en secreto, una boda que me había robado. La confianza que tan libremente le había dado había sido
fría y dura se asentó en lo profundo de mis huesos, solidi
había enterado del cambio de lugar. Seguramente ya estaba ensayando sus excusas, planeando cómo lo arregla
ma a azúcar y betún. En un pedestal en el centro de la habitación había un pastel de muestra, una obra maestra
bios una muestra de pastel con infusión de champ
ara! ¡Qué loc
ra un elemento permanente en mis pesadillas. Se acercó contoneándos
que vinimos después de la inauguración de esa ga
o. Otra pieza de su vida oculta juntos, lanzada
guayaba -canturreó Ana Pau, ignorando por completo mi p
ano, dejand
gra
ímida -insisti
deliberado
é mi de
levó una mano al pecho, sus ojos l
Solo intentaba ayudar.
o, el brazo de Kael se disparó, su m
, Ana Pau. No vas
acia mí, su
Bárbara? Solo estaba
ra el golpe de gra
tenerla cerca. Se me olvidó decirt
emáticamente mi felicidad, mi futuro, iba a estar a mi lado mientras yo prometía mi vida al h
-repetí, las palabr
dije, mi voz inquie
on fijamente, atónitos
la actriz, inte
uiero ser una intrusa... -Se apoyó en
a su alrededor. Le besó la frente, un ges
mirada-. ¿Ves, Bárbara? ¿Era tan difícil? Has estado
e acarici
enojes. Solo son lo
con pinzas alrededor de tus delicados sentimientos. -Gesticuló salvajemente, su rostro contorsionado en un
y sofocante cayó sobre la r
i dolor. La alteración permanente de mis sentidos. Para é
una cita urgente de neuro-oftalmología cuando me desperté con un aterrador punto ciego. Tuve que tomar un taxi, sola y aterrorizada. Había olvidado n
nstaló en los huesos, hundiéndome. Había estado luchando por u
a de de
alí de la tienda, dejándolos allí, en
ndome ir. Luego, se volvió hacia el
¿verdad? Ner
cerca, sus labios rozando su cabello. Lo vi todo refl
. Apareció un largo y divaga
bajo la que estoy. Estoy tratando de manejar a dos mujeres muy importantes en mi vida. Necesito que s
las palabras una cristalización perfecta d
manejar a dos mujer
y fría se extend
, pensé. *Voy a eliminar a una
eza llenando mi pecho. Por primera vez en cinco años, me estaba al