El Hijo del CEO
lateral de sus mejillas, vestía una gorra negra a juego de una gafas
su entorno de camino a la cafetería King, una de las tantas instalaciones perteneciente a l
"perfectísimo Alejandro" como le había apodado, pero Vanesa se negaba con la excu
solitaria donde se encontraba
-interrogó Vanesa con asombr
s gafas a la mitad de su nariz y observó a su amiga an
amas más a la atención de esa manera que actu
que yo -cruzó las piern
conoce, justo por eso te supliqué discreción, hemos estado en las port
e sus gafas-. Tú cinco querida, una mas que yo, que por
o me pediste que te acompañara, no m
os hombros y se re
bien,
egu
revista amarillistas, exa
la melena hacia atrás-. Entonces dime p
vil reposado sobre la mesa se encendió sutilmente anunciando un nuevo mensaje. Sin
-se interesó Emma l
a voz floja y vibrante al tiempo que tecle
¿
por un fugaz segundo antes de co
enemos juntos
-cuestionó su amiga
éfono de súbito y miro a su amiga
ndro nos cae mal ¿De acuerdo? Su matrimonio es una falsa
objetar. Reconocía que no habían
Vanesa-. Mejor hablemos
codos sobre la mesa como nun
Andrea... Si
antes de hablar. Emma, que la observaba con atención, percibió que su amig
empezó Vanesa en voz baja, entrelazando los dedos sob
dió mantener el silencio, dándo
o matrimonio era una fachada, pero al menos pensé que sería mí fachada, no l
drea se mete en todo, maneja cada aspecto de nuestra vida, incluso... -Vanesa apretó los puños-, incl
capar una ri
Lo he visto desde el principio. Es
iga, con una resolución que Emm
mpió, sus ojos brillaban con una mezcla de nerviosismo y determinación-. Es algo q
hablando? -Emma
mesa, sin decir nada, y Emma, llena de curiosidad, lo abrió con cuidado. Su r
-preguntó Emma, susurrando, casi
n una pequeña sonrisa
. Estoy e
ó procesarlo, y cuando al fin lo hizo, su e
¿Alejandr
i Andrea. Nadi
uestionamientos-. Tú y Alejandro... ¿Cómo es que está
instante con las mejillas cal
pues... -
te, como si se sintiera traicionada por alg
entre sacó las palabras-. Beb
inferior intentando evitar recordar cómo
blanca enrollada en su cuerpo, el pelo chorreand
a sala de estar unipersonal del apartamento: allí encontró un Alejandro con el torso desn
rrer, se mantenía concentrado en lo que pare
rse, y se cuestionaba por ello, pero no perdía oportunidad de o
an las gotas de sudor por el abdomen hasta terminar en el borde del pantalón.
roceder cuidadosamente para evitar que él notara su presencia, sin embargo fue torpe al ir
se preguntara: ¿Qué estaba hacie
cia ella con tanta seguridad y confianza, que por
a, ella tomó una decisión al
irme la detuv
sorpresa y confusión ante aqu
iencia para acercarse demas
casa -ella pudo sentir como su respiración se agitaba locamen
ó el control. Amb
le contaría a
lejandro frío y distante. -explicó como si nece
para Emma, pero su amiga solo seguía pensan
mano de su am
da que te ate a él -Respiro hondo antes de continuar-. Aún así quiero que sepas que esto lo cambia todo tal y como haz di
ba allí para ella, y que, pase lo que pase, tendría a alguien en quien confiar. Aunque el futuro era incierto, es