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El Hijo del CEO

Capítulo 3 Doña suegra: la intrusa

Palabras:1569    |    Actualizado en: 16/10/2025

lateral de sus mejillas, vestía una gorra negra a juego de una gafas

su entorno de camino a la cafetería King, una de las tantas instalaciones perteneciente a l

"perfectísimo Alejandro" como le había apodado, pero Vanesa se negaba con la excu

solitaria donde se encontraba

-interrogó Vanesa con asombr

s gafas a la mitad de su nariz y observó a su amiga an

amas más a la atención de esa manera que actu

que yo -cruzó las piern

conoce, justo por eso te supliqué discreción, hemos estado en las port

e sus gafas-. Tú cinco querida, una mas que yo, que por

o me pediste que te acompañara, no m

os hombros y se re

bien,

egu

revista amarillistas, exa

la melena hacia atrás-. Entonces dime p

vil reposado sobre la mesa se encendió sutilmente anunciando un nuevo mensaje. Sin

-se interesó Emma l

a voz floja y vibrante al tiempo que tecle

¿

por un fugaz segundo antes de co

enemos juntos

-cuestionó su amiga

éfono de súbito y miro a su amiga

ndro nos cae mal ¿De acuerdo? Su matrimonio es una falsa

objetar. Reconocía que no habían

Vanesa-. Mejor hablemos

codos sobre la mesa como nun

Andrea... Si

antes de hablar. Emma, que la observaba con atención, percibió que su amig

empezó Vanesa en voz baja, entrelazando los dedos sob

dió mantener el silencio, dándo

o matrimonio era una fachada, pero al menos pensé que sería mí fachada, no l

drea se mete en todo, maneja cada aspecto de nuestra vida, incluso... -Vanesa apretó los puños-, incl

capar una ri

Lo he visto desde el principio. Es

iga, con una resolución que Emm

mpió, sus ojos brillaban con una mezcla de nerviosismo y determinación-. Es algo q

hablando? -Emma

mesa, sin decir nada, y Emma, llena de curiosidad, lo abrió con cuidado. Su r

-preguntó Emma, susurrando, casi

n una pequeña sonrisa

. Estoy e

ó procesarlo, y cuando al fin lo hizo, su e

¿Alejandr

i Andrea. Nadi

uestionamientos-. Tú y Alejandro... ¿Cómo es que está

instante con las mejillas cal

pues... -

te, como si se sintiera traicionada por alg

entre sacó las palabras-. Beb

inferior intentando evitar recordar cómo

blanca enrollada en su cuerpo, el pelo chorreand

a sala de estar unipersonal del apartamento: allí encontró un Alejandro con el torso desn

rrer, se mantenía concentrado en lo que pare

rse, y se cuestionaba por ello, pero no perdía oportunidad de o

an las gotas de sudor por el abdomen hasta terminar en el borde del pantalón.

roceder cuidadosamente para evitar que él notara su presencia, sin embargo fue torpe al ir

se preguntara: ¿Qué estaba hacie

cia ella con tanta seguridad y confianza, que por

a, ella tomó una decisión al

irme la detuv

sorpresa y confusión ante aqu

iencia para acercarse demas

casa -ella pudo sentir como su respiración se agitaba locamen

ó el control. Amb

le contaría a

lejandro frío y distante. -explicó como si nece

para Emma, pero su amiga solo seguía pensan

mano de su am

da que te ate a él -Respiro hondo antes de continuar-. Aún así quiero que sepas que esto lo cambia todo tal y como haz di

ba allí para ella, y que, pase lo que pase, tendría a alguien en quien confiar. Aunque el futuro era incierto, es

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