De la esposa dócil a la estrella atrevida
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ede contestar en este momento, p
ran mesa del comedor, con el celular pegado a la oreja, intentaba una y otra ve
a, suspiró amargamente: "Es nuestro tercer anivers
. Parecía como si hubiera olv
había sido de otra mujer durante años, así que
sarse con ella para evitar que su abuelo en
construido muros a su alrededor, negándose a hablar con
de las velas que había preparado durante
s caían libremente por sus mejillas. Levantó
te, así que los bordes de su dolor
mó sobre la cama, con la mirada desenfocada f
ce le rozó la clavícula y se despertó sobresaltada. Parpadean
Un reluciente reloj reflejaba la luz cuando movía la muñeca. Sus largas pestañas bajaban ligeramente, ocultand
de alegría incontenible la invadió y su voz tembló de emoción mientras hablaba. "Por fin llega
pero su pie se enganchó en la alfombra, lo que la hizo caer de bruces contra el sólido pecho de
sa era la única razón por la que estaba allí, sentado
ra así. Su rigidez lo delataba. Julian odiaba que lo toca
ron en algo que la silenció. Una llamativa mancha de pintalabios se destacaba
u voz era grave
como si se hubiera quemado. "Lo siento, no fue mi int
te en la nuca de ella, inmovilizándola. Él inclinó la cabeza
r. El beso fue feroz y absorbente,
iera y lo empujó contra el pecho,
ntre dientes, con la
de satén, trazando la curva de su muslo con deliberada
por su columna hasta nublar sus pensamientos. La racionalida
usto antes de que el deseo la consumiera por completo, un último pensamiento claro
.
ente abrió los ojos, y el suave sonido del agua corriendo en e
lizó, dejando al descubierto las tenues marcas de besos en su clavícula; mar
del baño y su pecho se agitó con una confusa
la dejó preguntándose si eso significaba que estaba listo para abrir
Se agachó para recoger la chaqueta de su traje, y de su bol
ado en forma de flor resplandecía, rodeado de facetas d
apor, con una toalla anudada a la cadera. Su alta figura revelaba líneas esculpidas, desde sus abdominale
en la pulsera que el
, con un tono ligero,
ios sorprendida. "
sión esperanzada y luego asintió con la cabeza
elada, haciendo que la cercanía de la noche anterior pa
tes de recomponerse rápidamente. Se consoló sabiendo que su relación empezaba a cambi
entras admiraba la joya en su palma. Quizá,
y sutiles que insinuaban que su matrimonio ya no estaba estancado. Las cenas en
gante té de la tarde, las esposas de los empresarios no
y preguntó: "Yvonne, hay algo diferente en ti últim
cuando una repentina oleada de náuseas la asaltó. Se inclinó hacia del
an lo mismo: el síntoma no era ajeno a es
se le había retrasado el periodo y su pulso se a
eso de sus miradas, y corrió directamente al hospital. Hora
icidades", anunció el médico c
evó la mano al vientre plano, con los ojo
pasado por la cabeza, pero ahí
fue Julian. Él nunca celebraría esto. Sus hirientes palabras del pasa
go. Si descubría la verdad, podr
. Con un profundo suspiro, agradeció cortésmente al médi
pre. Le gustara o no, el niño era de
ian en sus contactos. Pero una voz procedente de una
ndo a una mujer despampanante a sentarse en una s
adre. Su esposa tiene och