De la esposa dócil a la estrella atrevida
n el suelo del baño, con la espalda apoyada en la pared
fuerzo levantar la cabeza; sentía cada músculo entumecido, incapaz de moverse
que se grabó a fuego en su alma: Julian no se preocupaba en absoluto por ella. Aferrarse
al bebé, ella lo
onne se levantó a la fuerza. Salió del baño tambaleándos
vió a interferir. Habían entendido desde hacía tiempo la ten
a una cucharada de avena, y con cada trago,
tian Price, el mayordomo, entró acompañado d
l cuadro que el señor encargó para el cumpleaños de su a
r. El contrato matrimonial exigía que ella y Julian parecieran inseparables y visi
noche anterior, no podía imaginarse
ensaje con los dedos temblorosos, diciendo: "¿Irás c
ientras se obligaba a llamarlo. El teléfono so
cama de Rita, demasiado
nco, dejándola paralizada. Forzó una leve sonrisa
su expresión tranquila indicand
stro agotado por una noche de insomnio, con sombras marcadas bajo los ojos. Se aplicó base de
entanilla bajó y un detalle la sorprendió al instante: Julian ll
se cerraron con fuerza, clavan
a noche con Rita, incluso se había tom
rompió sus pensam
erior antes de responder: "
z fría y cortante. "¿Quieres que el abue
anta. Sin más opción, Yvonne abrió la
r del auto, y ninguno de los dos e
estómago. Su ropa, su inusual informalidad
echo se agitó, y de rep
dido, pero antes de que pudiera preguntar nada, Yvonne
su silencio, dándole el mismo trato
in que se pronunciara una
n Powell, ella se desabrochó el cinturón antes de que f
alrededor de la de ella. La irritación agudizó su voz. "Basta de esto. ¿
hasta que solo quedó una sonrisa frágil. "Tranquilo.
ínea fina e inflexible. Tras una pausa tens
sadas anhelándolo le nublaron los ojos con lágrimas no derramadas, pero au
voz firme, añadió: "Corta los lazos con ella. Si quieres que actuemos como una pareja inseparable, n
débil que la hacía sonar, pero algún rincón obstinado d
irracional. Soltó una risa aguda y burlon
ejecida pero imponente, se oyó desde el interior de l
su silla de ruedas, empujada por