icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Su Amor de Reemplazo, Una Verdad Fatal

Capítulo 3 

Palabras:1074    |    Actualizado en: 30/09/2025

ista de Cl

o, su pequeño cuerpo avanzaba con el enfoque decidido de un niño a

ra de mi vestido de seda prestado. El impacto envió una nueva ola de dolor a travé

mientras intentaba limpiar la crema de mi vestido, una punzada aguda me hizo jadear. Un pequeño fragmento del pá

a seda esmeralda de un marrón oscuro y feo. Mi cuerpo se tambaleó, y

n la mano, ¿verdad? -siseó, su voz un bajo r

Aparté mi brazo, el rechazo fue claro y absoluto. Un destel

Sostenía un único y brillante arete-.

meralda captó la luz, y un jadeo se escapó de mi garganta. Mis ojos se abri

odía

e abalancé ha

eso? -exigí, mi voz

na se abrieron con

hablando, Cla

de un lugar de furia profunda y primaria-. ¡E

uardaron silencio, sus ojos abierto

voz temblando con una mezcla de dolor e

dedos cerrándose alrededor del familiar y frío metal. Los susurros ci

Esa pobre chica

amilia Montenegro! Fue parte

, en la parte posterior del engaste, había una pequeña inscripción cas

Cat

la posesión más preciada de mi madre, fuera idéntico a una reliquia de la familia Mo

nzó a formarse en mi mente, un rompecabe

ingida inocencia a una máscara de pura fur

-gruñó, abalanzánd

as manos se aferraron a la pequeña pieza de joyerí

ím

de varios pisos, una monstruosa confección sost

a! -gritó

! -gri

se lanzó hacia adelante, sus brazos envolviendo a Catalina, girando su cuerpo

sol

ado, bizcocho y un dolor agonizante. Una de las afiladas varillas de s

dando a Catalina a levantarse, sus manos revoloteand

u voz cargada de veneno-. Causando una escen

ose a Catalina y a Leo lej

desprecio. Con una fuerza que no sabía que poseía, me saqué de los restos del pastel, la varilla de metal desgarrando mi carne mientras me movía. Ignoré el

ínica 24 horas. Le entregué al doctor el arete,

ADN -dije, mi voz inqu

so a la mansión Aguilar. La casa estaba oscura y silenciosa, pero una sola lámpara estaba e

zoso -dijo, su voz peligrosamente baja-. Me

que amaba creía que yo era un monstruo. La mujer qu

endas algo de humildad -decretó, su voz el juicio

astigando.

eron y me desplomé en el suelo. Lo último que vi antes de que la oscuridad m

aboratori

estarían list

Obtenga su bonus en la App

Abrir