La Venganza Multimillonaria Desatada de la Esposa Repudiada
ista de So
urante demasiado tiempo. Quería que me viera como la villana. Quería que me odiara, porque su odio era una ruptur
o el descuido de Jimena destruía apenas unos días antes, y sus ojos no cont
pleto, arrodillándose jun
ternura que fue un golpe físico en mi estómago. Le secó suavem
reciéndose mientras me miraba, u
ensar en lo
ón. Me empujó hacia las escaleras del sótano. La pesada puerta de madera se cerr
ser mi pequeña y obediente Sof
que sonreía cuando quería gritar, que aceptaba la crueldad como sustituto del amor.
aba atrapada. El dolor en mi mano era un fuego punzante e implacable, y un dolor más profundo s
rachas que correteaban en las sombras, criaturas con las que pronto me encontré luchando por las
. Mi teléfono, milagrosamente todavía en mi bolsillo con una pizca de batería, se convirtió en mi calendario. Vi la fecha acercarse al
o rítmico que venía de la pared detrás de una pila de cajas viejas y enmohecidas. Al
trás de ella, la piedra estaba suelta. La quité, revelando un pasaj
echo, olía a polvo y a cosas olvidadas. Al final, una luz tenue brillaba por debajo de una
e acabó por
. Estaban esqueléticas, su pelo largo y enmarañado de suciedad, s
mis p
alabra fue un susurr
ente de avión privado hacía tres años, una tragedia que
lentamente en mi rostro. El reconocimiento amane
. -graznó, su voz á
ndo palabras sin sentido para sí mismo. Su mente brillante, la mente
envolví mis brazos alrededor de sus frágiles cuerpos.
ando el vestido delgado y andrajoso de m
terror y rabia. Señaló con un dedo esquelético hacia el techo-. Alej
s venas se conv
única palabra contenien
ra una mancha en su reputación. Que con nosotros fuera, él tendría control total sobre ti... y el Fide
l abuso, los abortos, la crueldad... no era solo narcisismo. Era un plan calculado y mons
a un fuego blanco y purificador. Quemó las lágrimas, el dolor, el
ldría co
el sótano principal. Al salir, noté algo que no había visto antes. La puerta princi
arrogante de que saldría arrastrándome, rota y derrotada, y volvería a él. Que
de a quién aca
teléfono vibró en mi bolsillo, el último trozo de su batería
mi ab
tivo. Oficialmente ere
entraba por la ventana, un símbolo de una libe
ue el primero que marqué
ente tranquila-. Cambio de plan
piración pro
cárcel por el r
-