La Venganza Multimillonaria Desatada de la Esposa Repudiada
bebé, mi esposo me arrojó de su
cr
ía profanado la inmacula
la cama de
ba s
esan
ristal de la pue
azos a Jimena, su
s en Instagram con la descripción: "Finalmente junt
"una arribista cualquiera" de la
e me habían
astrándome, como
áusula de infidelidad en n
control total de la
ba en un
ítu
ista de So
bé comenzó con el raspón de un tacón
como la mantequilla, intentando encontrar una postura que no se sintiera como si mis entrañas se estuvieran retorciendo en un nudo.
en el silencio opresivo de
a. Sus ojos, fijos en la sinuosa y vacía carretera, se entr
ate -
ovistas de cualquier emoción exc
dando el dolor
Qu
e largues d
era perfecto, como tallado
nstintivamente una mano a mi vientre-. No
el límite de su paciencia-. Sabes lo que siento por este coche. Es una extens
fan
acto de blasfemia. Mi dolor, el hijo que podríamos estar
iento de la desierta carretera rural. Estábamos a kilómetros de cualqu
liqué, el pánico subiendo por mi garganta, espeso
puro, absoluto asco. Como si la sola idea de mí, de las funciones desordenadas
vos para tener cuidado la próxima
tosa loción llenando mis pulmones
ue
contra mi piel. No me moví. No podía. Los cólicos se intensi
n de seguridad con un
as repetír
tocaron la grava, cerró la puerta de un portazo y se fue sin mirar atrás. El Bentley desapareció
ba s
me estaba d
cho mientras una ola de agonía me invadía. Sentí un torrente cálido
e encontró, apenas consciente y yaci
sonidos ahogados y el olor agudo y antiséptico que había llegado a asociar con el desamor. Una enfermera me ha
espacio vacío donde debería h
rta de mi habitación. Alejandro estaba allí. Pero no miraba hacia mi cuarto. Estaba d
a Pal
u familia de "dinero viejo" siempre me había menospreciado, a mí y al "dinero
Y Alejandro... Alejandro le acariciaba el pelo. Le susurraba palabras de consuelo, con la cabeza inclinada, s
estaba destrozado, se rompi
bró en la mesita de noche. Era una notificación de
Jimena, tomada hacía solo unos momentos, justo fuera de mi habitación de hospital. Se estaban
er. Algunas cosas simplemente están destinadas a suce
de comentarios de su c
or ellos! La pa
ntrarían el camino de
in se está deshaciendo de
sangre se secara. Ni siquiera había esperado a que yo despertara. Estaba celebrando su reencuentro con s
stigiosa beca de arquitectura para casarse con él, que había soportado años de su frialdad y control,
vés del cristal, las crueles palabras de su madre ardiendo en mi pantall
mi pulgar flotando sobre
cláusula. La "cláusula de infidelidad". Si se demostraba la infidelidad de Alejandro dentro de los primeros cinco años de nuestro
niversario era l
onó. La llama
áscara de molestia que rápidamente se transformó en algo parecido a una preocupación act
esa falsa y suave simpatía en la q
mano, inte
ó a través del teléfono
a de la
s en el rostro confundido de mi esposo-. Mi
ó, su simpatía se desvaneció. Solt
ía. Estás sensible. Hab
que yo no era nada sin él. Que siempre volvería, s
palabras claras y afiladas
ndose la vue
. Siempre
bían advertido sobre él, y en su última carta antes de que su avión se estrellara, me dijeron que el acuerdo pre
lo ve
r su mundo per
-