Mi cuento de hadas destrozado: Su cruel traición
ista de So
hogar. Se sentía como un museo de la vida de una mujer muerta. Cada superfic
cachemira, las corbatas de seda. Los amontoné en el suelo. Luego vinieron mis cosas: los vestidos de diseñador
tres montones. Vend
endidos mientras yo dirigía a un servicio de consign
ndo sobre un collar de diamantes que Julián me había rega
ía -dije, con la voz v
o en mi almohada. Los llevé yo misma al incinerador del edificio. Observé cómo las llamas consumían nuestros recuerdos, con
s en su estudio, levantó una ceja cuando vio la delicada caligrafía en mi omóplato. "Amor Vincit Omnia": el amor tod
ir esto? -preguntó el art
uiero un fénix. Algo qu
que nos hicimos los tatuajes. Estábamos bronceados y
contra mi piel-. El amor todo lo
rmosa
lo vencía todo. No vencía una lesión cerebral traumática, y ciertamente no vencía el veneno insidioso de una amiga d
ado para el día siguiente. Una nueva ola de dolor, aguda y potente, atravesó el entum
ejanos se presentaron. Me paré junto al ataúd abierto, mirando el rostro pacífico
as de la capilla se
aferrada a su brazo como
rara que lo atacara. Mantuvo un brazo protector alrededor de Helena, protegié
aquí? -pregunté, mi v
de lo de tu hermano -dijo Julián, su tono d
ve molestia, como si la muerte de Leo
o la gente que juega a juegos e
rraron en puños
omo llamas a una vida humana, J
propias malas decisiones lo mataron. Helena solo in
Era un sonido roto e histérico que hizo que todos se giraran para mirar. Miré a Helena, que sostenía un pequeño perro blanco
rdo. Pensaba que eras un dios. Solía decirme lo afortunada que era de tenerte. -Mi voz se
na -gruñó Julián, interp
eraria? -espeté, mi dolor transmu
ió una mira
No quise faltar al respeto. -Mientras hablaba, su agarre sobre
intiendo la libertad
ante, sus patas arañando el suelo pulido. Antes de que a
ra de mi hermano, sus garras enganchándose en el cuidadoso trabajo que el embalsamador había hecho para ocul
itó Helena, su voz te
arganta. Me abalancé hacia adelante,
encima! ¡Sáq
struoso sacrilegio que acababa de ocurrir. La atr
Me fulminó con la mirada por encima de
a de Leo, tratando de alisar su cabello de
po de mi hermano, el chico que hab
es como si el degene