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Mi cuento de hadas destrozado: Su cruel traición

Capítulo 2 

Palabras:1092    |    Actualizado en: 29/09/2025

ista de So

hogar. Se sentía como un museo de la vida de una mujer muerta. Cada superfic

cachemira, las corbatas de seda. Los amontoné en el suelo. Luego vinieron mis cosas: los vestidos de diseñador

tres montones. Vend

endidos mientras yo dirigía a un servicio de consign

ndo sobre un collar de diamantes que Julián me había rega

ía -dije, con la voz v

o en mi almohada. Los llevé yo misma al incinerador del edificio. Observé cómo las llamas consumían nuestros recuerdos, con

s en su estudio, levantó una ceja cuando vio la delicada caligrafía en mi omóplato. "Amor Vincit Omnia": el amor tod

ir esto? -preguntó el art

uiero un fénix. Algo qu

que nos hicimos los tatuajes. Estábamos bronceados y

contra mi piel-. El amor todo lo

rmosa

lo vencía todo. No vencía una lesión cerebral traumática, y ciertamente no vencía el veneno insidioso de una amiga d

ado para el día siguiente. Una nueva ola de dolor, aguda y potente, atravesó el entum

ejanos se presentaron. Me paré junto al ataúd abierto, mirando el rostro pacífico

as de la capilla se

aferrada a su brazo como

rara que lo atacara. Mantuvo un brazo protector alrededor de Helena, protegié

aquí? -pregunté, mi v

de lo de tu hermano -dijo Julián, su tono d

ve molestia, como si la muerte de Leo

o la gente que juega a juegos e

rraron en puños

omo llamas a una vida humana, J

propias malas decisiones lo mataron. Helena solo in

Era un sonido roto e histérico que hizo que todos se giraran para mirar. Miré a Helena, que sostenía un pequeño perro blanco

rdo. Pensaba que eras un dios. Solía decirme lo afortunada que era de tenerte. -Mi voz se

na -gruñó Julián, interp

eraria? -espeté, mi dolor transmu

ió una mira

No quise faltar al respeto. -Mientras hablaba, su agarre sobre

intiendo la libertad

ante, sus patas arañando el suelo pulido. Antes de que a

ra de mi hermano, sus garras enganchándose en el cuidadoso trabajo que el embalsamador había hecho para ocul

itó Helena, su voz te

arganta. Me abalancé hacia adelante,

encima! ¡Sáq

struoso sacrilegio que acababa de ocurrir. La atr

Me fulminó con la mirada por encima de

a de Leo, tratando de alisar su cabello de

po de mi hermano, el chico que hab

es como si el degene

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