La implacable persecución de su despiadado amante
la escena, Claudia
cuando Gwyneth los presentó con entusiasmo. "Ed
nte, como si nunca antes la hubiera
pecho y, tras una pausa, apenas log
yneth y Eddie, cuyas risas llenaban el salón. Claudia, en cambio
una excusa para marcharse de inmediato. A su amiga no le quedó más remedio que dejarla ir, aunque a regañadientes. Eddie, quien
reclamó casi por impulso: "No es frecuente que te
í, ¿por qué no te q
cambio, se giró hacia Claudia y le propus
las miradas se clavaron en ella, en esp
gró mantener la compostura y se negó c
no es ninguna molestia". Y sin espera
pción, lo siguió a regañadientes. Ya en
voz firme, le confesó: "Claudia, Eddie y yo fuimos compañeros en la u
edó inmóvil,
me dijo que estás pensando en renunciar. T
do una sonrisa vacía para ocultar sus emociones. "Ya
de Gwyneth
vuelta y se alejó a paso rápido, deses
a de la casa. De pronto, una voz burlona la sacó de sus pensam
taba recargado en su auto, con una son
voz salió teñida de irritación. "Créeme, si hay
y mordaz. "¿Yo? Los fantasmas persigu
io, pero él no le dio tiempo a r
insinuaciones de Gwyneth todavía resonaban en su mente, avivando una mezcla de arrepentimiento y humillaci
le dio la espalda y se alejó