Desenmascarada: recuperó todo lo que le pertenecía
imaginando mil escenarios que no debían salir del reino de la fantasía. ¿Pero la verdad? La verdad era que, en lo que a intimida
borde de su vestido, el instinto se apoderó de ella
con la veloci
l suelo, pero no sin que antes Cole, con una precisió
spalda, brillando bajo la suave luz como seda hila
de ser una chica enfermiza, frágil, con el pelo dañado y un rostro poco agraciado. Y ahora, por culpa de
ncontrar. Su brillante cabello enmarcaba un rostro enrojecido por el forcejeo, y algo en su mirada cambi
llaje para ocultar un rostro desfigurado, y algunos incluso afirmaban haber visto lo q
ndo una mancha de base. Lo que sintió no fue una piel imperfecta, sino una suav
rciones gráciles y unos ojos que brillaban con una profundidad estelar. Bajo todo ese maquillaje espantoso,
nsó. 'Así que la novia poco agraciada que apareció de la nad
a oleada de arrepentimiento la invadió. 'Debí haber sido más c
es. 'Qué equivocada estaba', se dio cuenta. Este hombre era impredecible. Un caballero pulcro un segundo, un canalla temerario al siguiente. Imposible de leer. Podía actuar
do y horrible. Estaba lista para reclamar su identidad y mostrar su verdadero yo. Pero después de conocer a Cole, t
pió el s
saber qué
ceó, buscando
ía que tuvieras un
ese cuerpo es otra cosa. Simplemente apagaré l
oscuras y sintió un vuelco en el estómago. Lo había dicho en
ánico, corrió hacia el balcón, pero las pesadas capas de su vestido de novia la frenaban. Rápid
r le gritaba que se arrancara el vestido, lo tirara a un l
Cole?, espetó, con la vo
desastre de mi maquillaje', pensó Elliana. '¿Pero Cole? Ni
naba sobre ella. Su aliento le rozó el cuello como una advert
montar un
Q
uesto a alguien ahí fuera para escuchar. Si no montamos un numerito, los te
n bufido de frustración. "¡Si tanto te
En la oscuridad, la sonrisa de Cole se volvió aún más diabólica mientras su ma
ciéndose bajo el cuerpo de él po
sigilosos que se oían fuera po
cercó más, su aliento rozándole la oreja mientras decía con un tono cargado de
, notando que ya había sido suficiente, levantó las m
ó el interruptor, inundánd
los ojos. Su vista tardó un momento en acostumbr
uelo, con el pelo revuelto y el vestido de novia arrugado a s
ole se volvió
ada? Empiezo a preguntarme si so
sponder. Se levantó del suelo de un impulso, arrastrando el
lave, se arrancó el sofocante vestido y se puso un conjunto deportivo negro. Se sentía como una ar
quedó helada. Fuera lo que fuera que es