Escapando de Su Obsesión, Encontrando el Amor
pegándome el pelo a la cara y e
cartas esparcidas. La tinta se corría, convirtiendo la elegante caligrafía de mi padr
en su primer aniversario yacía medio enterrada en
ta principal y golpeé con
¡Déjame entra
on engullidos p
tana del piso de arriba. Una d
upe! ¡Abre la
cla de lástima y mied
Garza. El señor El
z se
n golpe físico. Ya no era la señora de esta casa. Era un
rededor de Valeria, consolándola. Le acariciaba el pelo mient
a atravesó mi dolor. No d
rar algo de refugio del viento y la lluvia. Apreté la caja
cayó del gran roble y se rompió el brazo. Me senté con él durante horas, cont
tido proteg
ira, destrozada como la
nte. El agotamiento, tanto físico como emocional, me invadió. Apoyé la cabeza
Cuando volví en mí, la lluvia había c
principa
contra la luz del vestíbulo. Su r
da. Me miró, acurrucada en el suelo, y por un momento, vi
tan rápido c
uas plegado al
-dijo, su voz plana-.
de sí. No me ofreció una mano. No me preguntó si estaba bien. Simp
mbarrada con las cosas de mis padres a mi estudio. Pasé horas limpiando cuidadosamente cada objeto, tratando de salvar lo que podía. L
de nuevo en la tapa cuando
me vio
jugando con su
ión completamente e
cerc
fatal por lo que pasó. Es
espo
-dijo, su voz empalagosamente
la caja
dije, mi voz ba
dio un pas
e. Fue un accidente. Est
tando la caja c
leria se llena
yudar... Aleja
fía -ordenó
N
hasqueó los dedos. Dos de sus guarda
nsela
ocedí, sosteniendo la caja
atrevan!
é y me revolví, mis uñas clavándose en su piel. Uno de ellos me t
ica se me cayó
ego a mí, una mirada de pura y
s -
dejó
ron añicos en el duro suelo, la pequ