Escapando de Su Obsesión, Encontrando el Amor
o, Alejandro, observándome con frialdad mientras me ahogaba, su mente envenenada
ra Alejandro, había vuelto antes de tiempo. Y de su brazo, venía Valeria. Dijo que había tenido
de un valor incalculable, fueran arrojados a la basura. Cuando protesté, me estampó contra la pared. Cuando Valeria romp
ién era una víctima. Pero ahora, él lo recordaba todo: nuestra infancia, nuestro amor, nuestras pro
e arrastraran a una habitación insonorizada en el sótano y me ataran a una silla. Mientras la electricidad quemaba cada fibra de mi ser, lo comprendí.
ítu
ba era el agua helada
reconocí, fue la última imagen grabada en mi mente. Él y
sobresalto, con las sában
ventana de mi habitación. Mi habitación
ba v
ormento interminable, antes de que finalmente
tí que las piernas me flaqueaban. Esta vez, no c
Perdió la memoria y Valeria, la paramédica que lo "salvó", le clavó las garras. Lo puso en mi
ntes de su viaje. Vendería la empresa de mi
a Alejandro Elizond
ban mientras marcaba el número de m
lo de voz cuando conte
o sonó el timbre. Un sonido agudo
debía estar aquí. Se supon
recorrió la espal
mano aferrada al pulido barandal de
esta
lo oscuro perfectamente peinado. Pero sus ojos estaban fríos. Más fr
iendo su brazo, est
ro una máscara de dulce inocencia. Una mira
o había sucedido. Aún no había tenid
su voz suave pero carente de tod
on él. No tenía amnesia. Lo re
jo aquí de
zo apretándose alrededor de ella-. Me salvó la vida.
nco. Tuvo el accidente.
almente posándose en mí. No había amor en ella. Solo un frío posesivo
una pequeña y tr
aba comenzando. Y esta vez, mi
ntasma, un recuerdo de sus manos sobre mí, no con amor, sino con ira.
de que yo era una cazafortunas que había intentado hacerle daño. Él le cre
Valeria me hiciera lo que quisiera. Destruyó los valiosos recuerdos que mis difuntos padre
o quedó nada. Hasta que la única escapatoria
so y de ojos claros, se me oc
amor. Recordaba nu
staba eligiendo lastimarme, plen
de un recuerdo perdido. Esto era
ó mis pensamientos de pánico-. ¿No vas a
frío al rostro e
trapada.
decir, mi voz un susu
e curvaron en una sonrisa
ue lo en
lvió hacia
tados junto a la recámara prin
dos. Era el cuarto de recuerdos de mis padres,
do la voz-, que suban
nte se fusionaban en una pesadilla at
sa, y esta vez, él era un cómpli
vida fue un
egunda vida fu
lir de aquí.
descifrable en sus ojos. Parecía s
Valeria es sensible. Espero que la trates
garganta demasiado a
ras arriba, su mano pose
el eco de sus pasos una sentenc
infancia. Me traía el desayuno a la cama, me sorprendía con viajes para ver arquitectura exótica y me a
ndro se h
sas escaleras era un
a su pr