La sombra del imperio
enía la temperatura perfecta, como siempre lo había deseado Margarita. La mansión era su refugio, un lugar donde nada le
sabía lo que había construido en secreto. Nadie más entendía la pasión que compartía con Clara. Para Margari
preparó para el evento de esa noche, uno más de los que Margarita organizaba. Estos eventos siempre seguían el mismo
ero la idea de pasar la noche observando cómo su esposa recibía elogios y admiración de otros empresarios lo
ersiones, de las estrategias que había implementado en su imperio. Andrés
ntó Margarita, notando que él no le res
mentalmente, regre
do en todo lo que mencionaste. Es
s palabras no llegaban al corazón de Andrés. Ella estaba en su
drés permaneció cerca de ella, pero su mente se escapaba hacia los recuerdos más recientes con Clara. El sabor
nte de lo que alguna vez había deseado. Su vida había sido un ascenso constante, pero no por mérito propio, sino por la mano
cercó a Andrés, su rostro perfectamen
vez - dijo ella, tomando su brazo con firmeza. - M
de manera forzada, sin ten
estoy agotado. Solo quier
Margarita conocía bien a su esposo. Sabía que había algo que no le decía. Sin embar
acia su despacho. A través de la ventana de su oficina, veía las luces de la ciudad brillando
r esperándote
se encontraban. Clara vivía en un apartamento modesto, lejos de los lujos que Andrés había comenzado a dar por sentados. A pes
s ojos mientras la sentía cerca, como si fuera la única que realmente lo entendía. A diferencia de Margarita, C
- murmuró Clara, tomando
s, besándola con una intensida
nada de esto podía durar, no podía evitar perders
mente. Sabía que tenía que regresar a su otra vida, a la que Margarita había construido
la cama, su expres
con ella? - preg
abras correctas. No quería herir
lo único que realmente me
n, aunque apasionada, no podía durar. Él estaba atrapado entre dos mundos: el de Margarita, que le ofrecía t
en la sala, esperando. Andrés intentó evadir su
ndr
ás rápido de lo normal. Margarita lo obse
preguntó, su voz t
al menos no por mucho tiempo más. Pero no quería destrui
uelta - dijo finalmente
entrecerraron, pero no dijo nada más. Andrés respiró
decidida a mantener el control, y Andrés, aunque cansado d