La sombra del imperio
el corazón del distrito financiero, en una torre de cristal y acero, Margarita Ferrer observaba el amanecer desde su oficina. La vista era impresio
ntrato clave que había estado esperando durante semanas. Sus dedos, elegantes y firmes, pasaron las páginas con rapidez. Cada letra, cada
ró sin tocar. Su aspecto impecable, como siempre: un hombre alto, de rostro afil
eguntó, su tono cortante
sa que Margarita conocía demasiado bien. Era la sonrisa de un
suave, casi como si intentara calmar el aire entre ellos -. Tal vez deberías
sa, finalmente levantando la mirada ha
consigue en eventos de caridad, Andrés. -
fuera directa, y eso, en cierto modo, lo irritaba. Pero lo que más le molestaba era la forma en que Ma
pero antes de irse, se giró brevemente. - A veces me pregunto si realmente me
ro ella sabía que las emociones no tenían cabida en su vida. Lo que Andrés no entendía era que
pondió con una sonrisa fría -. S
salió, dejando atrás una atmósfer
imentar en un momento como ese. Al contrario, su corazón palpitaba con fuerza, una energía inquebrantable que le permitía s
Clara, la modelo con la que Andrés había comenzado a tener una relación
ono y lo miró por un mo
tro lado era suave, casi inocente. -
tro de ella se despertó. La traición estaba cerca,
no tienes nada que ofrece
o, antes de que Clara ha
barazada.
esión tenía una claridad brutal. Una certeza dolorosa. Margarita permaneció c
preguntó finalmente, su
ue no es lo que esperabas. Pero.
na derrota. Era solo un desafío. Una oportunidad para usar lo que Andrés había he
ez que hables conmigo. Este asunto es mío, no tuyo. Y
a a ser una víctima. Nadie que se atreviera a traicionarla tenía espacio en su mundo. El imperio de Andrés
er no perdía.
una vez más la ciudad desde su ventana. Hoy comenzaba el