El precio del amor
ado la noche en vela, reflexionando sobre las últimas semanas, sobre las mentiras y los silencios de Nicolás. La duda que había semb
hora de hacer
más atención de lo habitual. Sabía que no podía seguir ignorando la verdad. Algo dentro de ella le decía que no p
ventana cómo su coche se alejaba. La imagen de su marido ya no le trans
correos electrónicos de Nicolás. Durante años, había respetado su privacidad, confiando en él. Per
nombre que le resultaba familiar. Sofía. Al principio, intentó justificar lo que veía. Tal vez era solo traba
esito hablar contigo sobre lo de aye
nejarlo, pero tienes que ser honesto
parte de su vida, sino que ahora ella misma confirmaba lo que Camila había temido: Nicolás estaba teniendo una relación con ell
r, pero no podía apartar los ojos del monitor. La verdad estaba frente a ella, pero su mente seguía negándol
cualquier momento. Salió de su oficina, caminó por la mansión y se dirigió hacia el salón pri
lás había vuelto. Camila cerró los ojos y se preparó para lo inevit
casa? -gritó Nicolá
giró hacia la puerta. La figura de Nicolás apareció en el umbral, c
cercándose rápida
za, pero su rostro se mantenía impasible, casi en shock.
algo no estaba bien. Sabía que algo me estabas ocultando, pero
llo de miedo en sus ojos. No podía mirarla directamente, y eso fue tod
enzó, pero ella
reos, los mensajes, las citas secretas. ¿Creíste que no me iba a dar cuenta? ¿Que iba a seguir siendo la muj
irada. Era evidente que las pal
n su tono, la traición era palpable-. ¿Cómo pudiste hacerme esto? Te di todo, Nicolás. T
a, pero Camila retrocedió, como si su cercanía
iensas -dijo él, con la voz más baja
elación con Sofía! ¡Lo has estado haciendo todo este tiempo y has mentido sobre cada pa
que se habían acumulado. Cada palabra, cada pensamiento, la desgarraba
s con el dorso de la mano-. Quiero que te vayas, Nicolás. No qui
pentimiento y desesperación. Pero Camila ya no sentía nada más por
Hizo una pausa, como si estuviera buscando las palabras
solo eco, porque Camila y
a, con la mirada fija en
simplemente se dio la vuelta y salió de la mansión. Camila no lo det
dad la aplastara. Había perdido lo que más amaba, lo que había creído que era perfecto. Pero aho