El precio del amor
legantes y las paredes adornadas con cuadros de arte moderno. Camila Duarte se encontraba en su cocina, vestida con una bata de seda negra que resaltaba su figura impeca
colocado una carpeta con los informes de la jornada. Sin embargo, antes de
laban, pero esa chispa en su mirada no era para ella. Camila lo observó con una ligera sonrisa, mie
xtraña incomodidad. Nicolás dejó sus cosas en el pasillo y se acercó a la mesa para besarla en la mejilla. El roce de s
e había sido de respeto mutuo, pero en ese momento, algo dentro de ella comenzaba a cambiar. Los pequeños detalles que antes le parecían irrelevantes ahora co
hoy?" preguntó Camila, t
arla, sumido en el periódico. "Pero nad
e no se pueda resolver rápidamente" sonaba como una respuesta ensayada, como si hubiera si
o. Su tono sonaba casual, pero la pregunta estaba carg
la solía ver en ellos. Por un segundo, esa chispa en su mirada desapareció. "¿Qué tien
ar su creciente inquietud. En su mente, ya sabía que Sofía era algui
la mirada hacia el periódico. "Una chica joven
ven asistente de su marido, una chica encantadora y sonriente, siempre tan dispuesta a ayudar en todo. No era la prim
ó el identificador de llamadas, su expresión se endureció por un momento antes d
l teléfono sin más explicación. "Voy a tener que salir, tenemos una reunión
con una sonrisa que apen
ien. Tal vez era la forma en que él se había ido tan rápidamente, o tal vez la manera en que había evitado cualquier co
olás. En su mente, las preguntas se acumulaban. ¿Por qué se comportaba
o estaba a punto