El precio del amor
a ciudad, aunque llena de vida, parecía ajena a su mundo. Las calles estrechas, las casas viejas con puertas de madera que crujían, y lo
a crecido con el peso de las dificultades, pero nunca había dejado que eso la definiera. Su madre, Marta, trabajaba larg
había preparado para
stacionado frente a la puerta. Un Mercedes de última gama, que contrastaba con el resto de los autos viejos
ada, un café de la tarde en su mano. Sus ojos la encontr
udó Nicolás, como s
ultaba una mezcla de nervios y emoción. Llevaba días sin verlo, y la
n indiferencia. Estaba tan acostumbrado a
era peligroso, que nada bueno podría salir de este tipo de relación. Pero cuando sus ojos
ner la calma. Su corazón latía rápido, y no es
y acercándose a ella-. Solo quería verte. No he tenido
dedos jugueteaban con la taza de café
jos-. Y tú, eres... un hombre importante. Pero eso no ca
aprendido a reconocer como su señal de que todo e
ercándose más a ella. Sofía notó el perfume caro que él usaba, un detalle que siempre
a que tenía miedo, pero no solo por ser descubiertos. Temía qu
na burla amistosa-. ¿A qué le tendría miedo un hombre como y
que estaba jugando con fuego, pero se encontraba incapaz de detenerse. Cuando él la miraba de e
continuó él-. Solo me importa que estés a
encontrado algo que valía la pena, algo que la sacaba de la rutina diaria de su vida en clase baja, una vida llena d
ta que había dejado escapar. Sabía que su relación con Nico
ambiando levemente. No era la primera vez que Sofía plantea
scando las palabras-, lo que tenemos es algo que no tiene nada que ver con lo que pasa e
o usada, pero algo en su interior seguía aferrándose a la ilusión de que las cosas podían s
promesa no solo le traería complicacio
ara ella misma que para él. Su voz era baja, c
segundo. Luego, recobró su compostura y sonrió-. Solo
que todo esto terminaría de alguna manera. Pero por ahora, estaba atrapada en esa ment
a solo Sofía de barrio, sin