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Sus abortos, su oscuro secreto

Sus abortos, su oscuro secreto

Autor: Gavin
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Capítulo 1 

Palabras:2058    |    Actualizado en: 08/08/2025

nte de mi fracaso, mientras mi esposo, Alejandro, interpretaba el papel del cónyuge afligid

isló en nuestra jaula de oro, afirmando que era por mi seguridad y la del bebé, debido al estrés de es

erna de Alejandro, una que no había visto en meses, era para ellos. La falsa tristeza de Adriana sobre mis "abortos" reveló una verdad espantosa: mis p

iana y al bebé, confirmando su complicidad. Toda mi vida, mi matrimonio, mi dolor... todo era una mentira monstruosa, cui

is padres, mi esposo, mi futuro y, ahora, mis hijos. La verdad me golpeó como una bofetada: mis cuatro b

que se suponía debían protegerme, conspiraron contra mí de una manera tan c

l y programé un aborto. Luego, llamé a mi antigua academia de danza y solicité

ítu

uatro. El número se sentía como un peso en mis entrañ

del duelo cada vez. Me abrazaba, susurraba palabras de

razada de nuevo, y la preocupación

na, su tono no dejaba lugar a discusión-. He c

ores se debían al estrés, a las presiones públicas de estar cas

nas había conocido hacía unos años. Él y su esposa, Bárbara,

privada. Reemplazó a todo el personal. Mi mundo se redujo a las

cariciándome el cabello-. No podemo

na de sus palabras era un escudo que me

hizo añicos un ma

dín trasero, una parte de la finca que tenía prohibido visitar. Reconocí el murmull

lonia popular, ajena a mi herencia. Supuestamente, la habían enviado a un remoto retiro de bienestar hacía meses, después de uno

ome detrás de un gran seto esculpido

estaba en ningún retiro. Estaba aquí, en una

a un bebé

violento que no podía controlar. Me llev

azos, un niño pequeño y perfecto. Miró a Ale

e tanto a

sa que no había visto en meses. Extendió la m

talina? -susurró Adriana, su voz teñida de una

blanco. Los abortos.

uviera un hijo, mi posición, la posición de nuestro hijo, estaría amenazada. Damián y

. Sus palabras resonaron en e

e estoy aquí? -insistió

tenido oculta todo este tiempo. Le dije a t

e Adriana s

s sombras. Solo quiero estar contigo y con nuestro hij

Alejandro se sua

a, Adri. No e

s llenos de un orgullo y un a

ontraremos la manera de dejarla estéril para siempre. Entonces, este pequeño -dijo, tocando la nariz del

labras me golpearon

is cuatro bebés perdidos no fueron accidentes. Fueron sac

rriendo silenciosamente por mi rostro. Toda mi vida, mi matrimonio, m

de Alejandro, cada caricia d

n" de Adriana e

r, vi a mis padres, el Senador de la Torre y Bárba

Quizás no lo sabían. Quizá

za murió tan pr

driana, su rostro una

es tan pálida. -Tomó la mano de Adri

mente en el abrazo de mi mad

ucho. Les he causa

ciándole el cabello-. No has hecho nada ma

re, con los ojos muy

ruptura entre tú y Catalina. Q

magistral. La ví

e podía dominar una habitación con una sola mirada, m

Luego miró al bebé en sus brazos, y su expresión se derritió-.

Era verdad. Todos es

segura-. Es una buena chica. Lo entenderá. Viv

liz. Las palabras e

cta de felicidad familiar. Rieron, arrullaron, planearon un f

regreso a la casa principal, dejándome escondida en las

rito silencioso atrapado en mi garganta. Mis manos

Los regalos elaborados, las oraciones por un bebé sano en la iglesia

era f

antenerme dócil, para seguir produciendo un hijo que nunca tuvieron l

solo era un recipiente. Un comodín. Adriana, la intrusa en mi nido, realmente

n había terminado con mi carrera como bailarina, lo único que había sido verdaderamente mío. Había pensado que fue un

. Lo único que me salvó fue descubrir que estaba embara

e un aborto

ot

tro

do la primera pérdida. Dijo que había sido Adriana. Había sido tan convincente en su rabia, t

a. Todo era

Me mimaban, me colmaban de afecto, me hacían sentir querida, todo mientras ella estaba escondida, llevando al hijo

era tan inmenso que se sentía físico, un peso aplastant

ta que no quedó nada más que un vacío hueco y doloroso.

s en la mesa del jardín. Lo recogí. Era una lista con la letra de Alejandro. "Cita con el pediatr

. Simplemente n

e mi corazón se d

rta en la casa. Uno de los ayudantes de Alejan

señora. Está en una misión delic

Supe, incluso antes de abrirla,

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