Sus abortos, su oscuro secreto
ro era aguda por la alarma
ándose de que estuviera dormida. Mantuve
un susurro frenético-. Es tarde.
upaban mis padres por ella
on con lágrimas no derramad
a Catalina. No puedo seguir sien
una imagen de trá
rse en un puño. Su rostro era
ecuperarse -le prometió, su voz firme-. No volverá a casa por un
edo... -co
también es mi hijo. No permitiré q
sus ojos lleno
nes en tu cora
cción de segundo
o que sí. Crecim
irte -la instó-. Al
se arrojó a sus brazos y presi
a su boca-. Te amo tanto, Alejandro. No quiero ponerte las cos
ón entrecortada, su
a to
bé estarían bien. Le daría
ta descansar en la par
tó un su
bé? ¿Afectará el fut
lo antes de que hablara, sus p
upes. Su beb
que el feto está esta
ue salvarlo esta vez para que no te culpara. Pero cuando sea el momento adecuado
ente, rodeando su cu
o -rió Alejandro, su v
, una audiencia silenciosa de su pasión depravada. Pens
idos se hicier
uien oirá. -Le cubrió la boca con la m
bitación, llevándola al armario de almac
fundibles. Gruñidos, gemidos, los sonidos de dos per
ando al techo. Lágrimas calientes trazaron un camino
una aniquilación completa de t
mendado tantas veces, finalmente se
o debería nacer en e
una sombría determinación se instaló en mi al
esión somnolie
, mi voz plana-. La que
fermera se abrier
stá perfectamente sano. Y después de sus pérdidas a
ncuentre un médico que esté dispuesto a realizar el procedimiento. Ahora. -La ironía er
de mi nombre, debieron convencerla. Asin
fue un borrón frío y clínico. Sentí un extraño vacío mientras
ojar los restos ensangrentados a u
b
e deberían haberlo amado, pero que lo habían conde
s ojos.
s lo último de mi conciencia se desv