Sus abortos, su oscuro secreto
, ¿verdad? -les pregunté
madre simplemente desvió la mirada, jugueteando con
o, dejándome sola en el pasillo. Yo era un inconveniente. Un
inmediata de Alejandro por ella. La cansada aceptación de mis padres de su h
acciones alérgicas "accidentales". Las constantes y sutiles indirectas que me hacían
e lo habían dado a la hija que criaron. Yo solo era u
que veía a través de los juegos de Adriana. Él era el que me ab
sa era un
abitación de Adriana. Estaba de pie detrás de ella, con la man
lemente dividido. Había eleg
sación de una ruptura final y completa. Todos m
a una farsa. Y el bebé dentro de mí, mi última espera
Un comodín. El pensamiento era tan
De repente, un calambre paralizante se apoderó de mi abdom
fluyó por mis piernas. La
ilizarme, pero mis piernas cedi
z débil-. Por favor.
ión, su rostro perdiendo todo color cuando vio la s
razos, sus movim
talina! ¡Vamo
último pensamiento consciente fue una oración dese
stéril. Lo primero que vi fue el rostro de Alejan
a vez habría sido mi ancla, ahora solo se sentía c
día ver era a él con Adriana. Él to
comisuras de mis ojos. Giré l
a emoción-. Es todo culpa mía. Debería haberte cuidado m
ó mi
ti o al bebé, yo.
vacías. Un chantaje e
lástima por ella, eso es todo. Te prometo que le encontr
traron y repitieron sus palabras, sus rostros máscaras de arrepentimiento. Admitieron que habían sido descu
s ellos. Pero estaba demasiado dé
s, fingiendo
ada. Quiero
silencio, acept
n suave golpe en la puerta. Se
el ceño, su voz
quí? Podrías
noró, sus ojo
voz goteando falsa simpatía-. Me si
hacia mi
a descansar. Yo puedo quedarme
es, aceptaron de inmediato. Me
nosotros tres. La
irte, Adriana -dijo A
a cara valie
é. Empacaré mis cosa