Sus abortos, su oscuro secreto
o y cortante en mis pulmones. Me senté
rañaba, cómo contaba los segundos hasta que pudiera estar en casa para abrazarme a mí y a nues
as lágrimas gotearon sobre el costoso papel, emborronando la
ión se apoderó de mí. Ya no había más l
o privado que Alejandro había arreglado, sino al hosp
ue lo amara, abuelos que lo adoraran. Merecía más que una vi
mi antigua ac
l programa de coreografía internacional -le d
a al otro lad
Pensamos... bueno, d
, la mentira sabiendo
de tiempo completo con la compañía. Te guardé el lugar todo lo que pude, pero las confirmacione
endo
de esto? Suen
í, mi voz dura. No m
ector
finales por correo electrónico. Solo n
e aceptación y los formularios de consentimiento
ido de risas. Provenía de la sala de estar, u
por la
a. Su rostro, generalmente una máscara de cálculo político, estaba suavizado por la adoración.
, mientras mi madre, Bárbara, le
quejó Adriana, apartando el t
Senador de la Torre, s
un bocado más. Es bueno para ti. -
entía como si estuviera hecho de plom
mente de padre cariñoso a esposo preocupado. Con cuidado,
, rodeándome con sus brazos-.
o miré más allá
Mis padres parecían incómodos. Adriana se aferró a
driana ha pasado por un momento difícil. No tiene a dónde ir. Pensamo
o -agregó mi madre, con ojos sup
, sosteniendo a
desesperada y victimizada-. Sé que no me lo merezco, p
s muertos hac
nsas tú,
niño, un destello de emoción cruda cruz
dijo, su voz una imitación per
y amargo subió
abra apenas un susu
atamente comenzó a dar órdenes al personal, arregland
comidas posparto -instruyó-.
en mi espalda en ese gesto familiar y reconfortante que
. Un flujo constante de entregas. Columpios
e las notas de empaque. El nombre de
rápidamente me
os a llevarte a la cama. Necesitas descansa
ba demasiado can
gentil y cuidadoso,
a -dijo, su excusa era débil-. Asegurarme de qu
ojos cuando salió de la habitaci
directamente a la nuev
entido intentar forzarlo a quedarse. Su corazón, su leal
en silencio. Luego me levanté
tro de mi vida con él. Fotos, regalos, ropa. Con cad
ta de mi habitación
driana se escondía detrás de él, mi
ndro cayó sobre mi
iendo? -pregunt
Seguí doblan
ué
u
e mejor luz solar. Es mejor para la salud del
re, Bárbara, entró apresuradamente, so
la habitación de invitados al final del p
erfecta de miedo y disculpa. Alejandro se movió instintivamente, in
os, un frente
sonrisa tran
dije-. Lo que s