De las cenizas a su abrazo
tra mi nuca. Tenía una última llamada para
o le dije que iban a matarme, que su primo Jordán
el hielo-. Jordán y yo estamos terminando las
Le supliqué, le recordé nuestra vida juntos, la pérdida
ue importa. Eres un mecánico de Irapuato. Yo s
l teléfono al colgar fue más fuerte que el martillo de la pistola amartillándose
e. Una docena de figuras con trajes negros desarmaron a mis captores en s
to matrimonial. A cambio de mi firma, me propor
única
ítu
stola se apretó contra
ía moretones. Podía oler la cerveza rancia y los cigarros baratos en ellos.
ortunidad. Su pulgar se detuvo s
el botón
a contestara. Su voz era fría, distante, na
uieres,
n la voz tensa-. Van a matarme. Tiene
de la línea, solo roto por el
cho otra vez? Estoy
el corazón hundiéndosele en el
tono era agudo, impaciente-. Estoy ocupada. Jordán y yo acabamo
puñetazo. Comprometida. Con su primo, Jordán. El
. Tú me amas. Me di
írate. Eres un mecánico de un pueblo olvidado en Guanajuato. Yo soy una here
... no nos recuerdas. Teníamos una vida juntos. P
io de su familia, sus manos temblando mientras sostenían las de él. "Eres
goteando desprecio-. Recuerdo todo lo
ma finalmente escapando, trazando un ca
s el que me ha estado acosando, hostigando, usando estas historias patéti
u voz. Jordán le había enven
fue un clavo en su ataúd-. Él es mi igual, m
fondo de su lado de la lín
los del catering es
que antes-. Tengo que irme. Estoy eligiendo los arreglos florales para mi fiesta de
a quedó
esonó en la sil
temblaba. Los hombres que lo s
s y silenciosas. No lloraba porque iba a morir. Ll
ligara a someterse a la terapia electroconvulsiva experiment
durante un viaje por carretera en el que su auto clásico se había descompuesto. Se estaba escondiend
a bajo sus uñas, la fuerza tranquila en sus manos. Él amaba su vulnerabilidad, la forma en qu
rivados de su familia la encontraron, se paró fre
su voz temblorosa pero firme-.
ieron que curaría su ansiedad, que la haría lo suficientemente fuer
abían m
o. Sus hermosos y expresivos ojos ahora estaban vacíos, fríos. Y Jordán, s
or que se había aprovechado de ella en un momento de debi
ifundieron rumores que arruinaron su reputación y se aseguraron de que todas las puert
contratado a estos matones
bía luchado durante tanto tiempo, aferrándose a la esperanza
equiv
una vez -dijo, su
ás de él amart
tó. Solo esperó.
rieron de golpe, inundando el oscuro espac
se con una precisión disciplinada. Los dos matones que sostenían a Elías
padeó, de
más caro que todo su taller. Llevaba el pelo corto en un bob severo y práctic
guntó. Su voz era tra
tratando de procesar lo
un apretón, sino para mostrar un documento-. Tengo una propue
ó una re
iones mayoritarias de su empresa. Usted cumple con los criterios que él describió. A cambio de su firma,
miró, est
yo? -logró
acuerdo. Usted es, para mis propósitos, perfecto. -Su mirada era penetrante-.
a ra
sta extraña, esta mujer poderosa y pragmática, le estaba ofreciendo un salvav
e en el suelo, luego al rost
a aquí. Isa lo ha
ndo y temb
ce
ió levemente, casi
os detalles. Estará en un jet privado a
a irse, su trabajo a
gante camioneta negra, Elías se permitió una última m
fiesta con Jordán. Una última y amarga lá
una silenciosa oración de despedida
la camioneta y