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De las cenizas a su abrazo

De las cenizas a su abrazo

Autor: Gavin
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Capítulo 1 

Palabras:1637    |    Actualizado en: 08/08/2025

tra mi nuca. Tenía una última llamada para

o le dije que iban a matarme, que su primo Jordán

el hielo-. Jordán y yo estamos terminando las

Le supliqué, le recordé nuestra vida juntos, la pérdida

ue importa. Eres un mecánico de Irapuato. Yo s

l teléfono al colgar fue más fuerte que el martillo de la pistola amartillándose

e. Una docena de figuras con trajes negros desarmaron a mis captores en s

to matrimonial. A cambio de mi firma, me propor

única

ítu

stola se apretó contra

ía moretones. Podía oler la cerveza rancia y los cigarros baratos en ellos.

ortunidad. Su pulgar se detuvo s

el botón

a contestara. Su voz era fría, distante, na

uieres,

n la voz tensa-. Van a matarme. Tiene

de la línea, solo roto por el

cho otra vez? Estoy

el corazón hundiéndosele en el

tono era agudo, impaciente-. Estoy ocupada. Jordán y yo acabamo

puñetazo. Comprometida. Con su primo, Jordán. El

. Tú me amas. Me di

írate. Eres un mecánico de un pueblo olvidado en Guanajuato. Yo soy una here

... no nos recuerdas. Teníamos una vida juntos. P

io de su familia, sus manos temblando mientras sostenían las de él. "Eres

goteando desprecio-. Recuerdo todo lo

ma finalmente escapando, trazando un ca

s el que me ha estado acosando, hostigando, usando estas historias patéti

u voz. Jordán le había enven

fue un clavo en su ataúd-. Él es mi igual, m

fondo de su lado de la lín

los del catering es

que antes-. Tengo que irme. Estoy eligiendo los arreglos florales para mi fiesta de

a quedó

esonó en la sil

temblaba. Los hombres que lo s

s y silenciosas. No lloraba porque iba a morir. Ll

ligara a someterse a la terapia electroconvulsiva experiment

durante un viaje por carretera en el que su auto clásico se había descompuesto. Se estaba escondiend

a bajo sus uñas, la fuerza tranquila en sus manos. Él amaba su vulnerabilidad, la forma en qu

rivados de su familia la encontraron, se paró fre

su voz temblorosa pero firme-.

ieron que curaría su ansiedad, que la haría lo suficientemente fuer

abían m

o. Sus hermosos y expresivos ojos ahora estaban vacíos, fríos. Y Jordán, s

or que se había aprovechado de ella en un momento de debi

ifundieron rumores que arruinaron su reputación y se aseguraron de que todas las puert

contratado a estos matones

bía luchado durante tanto tiempo, aferrándose a la esperanza

equiv

una vez -dijo, su

ás de él amart

tó. Solo esperó.

rieron de golpe, inundando el oscuro espac

se con una precisión disciplinada. Los dos matones que sostenían a Elías

padeó, de

más caro que todo su taller. Llevaba el pelo corto en un bob severo y práctic

guntó. Su voz era tra

tratando de procesar lo

un apretón, sino para mostrar un documento-. Tengo una propue

ó una re

iones mayoritarias de su empresa. Usted cumple con los criterios que él describió. A cambio de su firma,

miró, est

yo? -logró

acuerdo. Usted es, para mis propósitos, perfecto. -Su mirada era penetrante-.

a ra

sta extraña, esta mujer poderosa y pragmática, le estaba ofreciendo un salvav

e en el suelo, luego al rost

a aquí. Isa lo ha

ndo y temb

ce

ió levemente, casi

os detalles. Estará en un jet privado a

a irse, su trabajo a

gante camioneta negra, Elías se permitió una última m

fiesta con Jordán. Una última y amarga lá

una silenciosa oración de despedida

la camioneta y

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