La traición del amor: Un matrimonio forzado
ián se posaron en Ari
ue estás haci
Brenda como si fuera una muñeca frágil. Un dolor sordo se ext
mantener l
ntentó
ra en su pecho. "¡Intentó lastimar a Princes
e frunció, su mirad
al indefenso, Ariadna? Sabes
ión y desesperación se desli
ra me mordió primer
en su espalda finalmente la abrumó. Sus piernas cedieron y
l corte en su pantorrilla, y un músculo en su mandíbula
a limpi
tó su agarre sobre él, sus soll
mó a Princesa! ¡Mi pobre
r Ariadna se desvaneció. Acarició el ca
quieres que ha
de lágrimas, sus ojos llenos de
e disculpe. C
adna en el suelo, su expres
con la perra, y pode
us ojos, su dolor, su sangre, su dignidad,
pálido, pero su
N
de Damián bajó, adquir
adna, temblando pero desaf
atral y comenzó a tembla
a de Damián
a desobedec
ez que había obedecido, cada vez que se había tragado su orgullo, espera
, desafió, su voz apenas un susurro. "¿O ese títu
s entrecerrándose. Luego, una s
tu rango conmigo, Ar
cerca, cernién
Ahora. O te h
ió una oleada de repulsión. Estaba dispuesto a hum
mirada, sus propios ojos llenos de una mezcla de dolor y lástima. Lástima por este hombre po
ca",
amián se conto
Hagan que se arrodille. Se quedará allí
entras la agarraban de los brazos, Brenda, que ya no llor
a voz ronca, mientras los guar
u expresión frí
mbiaste de
e libraría de ella para siempre. Pero las palabras se atascaron en su ga
nejar fue un único
hombre si
un destello de moles
ela de l
y se alejó sin u
ándose en sus brazos. Sintió el agudo escozor de su
o a sí misma. Solo un p