La traición del amor: Un matrimonio forzado
s heridas existentes hasta que cada parte de su cuerpo fue una sinfonía de dolor. Cuando aman
Tenía que llegar a la finca principal de los Garza. Ten
scalera cuando Damián apareci
ónde
asa principal", respondió Ariadn
a punto de decir algo cuando la alegre voz d
eja, Ariadna?", Brenda descendió las escaleras, usando deliber
y continuó hacia l
del brazo, su agarre como de hierro. "No vas a ningun
s ojos llenos de desdén por
ro. Cómprate algo dec
nco años, nunca le había ofrecido comprarle nada. Su repentina "g
z como el hielo. "Tengo qu
erminar, Damián hizo u
la al
la parte trasera de la
ra, su energía inagotable, su risa resonando por el centro comercial. Ariadna se
rse toda la noche, se doblaban a cada paso. Finalmente, no pudo más. Las bolsas se deslizaron de sus dedos
dose, con una sonrisa de
e? Eres tan del
estaba haciendo a propósito, saboreando cada momento de su sufrimiento. No hab
partó de la pared y se agac
o había termi
mansión, Brenda señaló
a es
do un periódico, levantó la vi
o que
estaba
as para eso. Y mi pie
lido y empapado de sudor. Por un momento fugaz, un de
ediatamente suspiró, con l
yo misma. No quisiera molestar a l
ón de Damián se endureció al insta
as ahí parada? ¿Qué tiene de malo que laves un poco
a más fuerte que cualquier golp
espués de cinco años como la señora de la casa, a
vuelta y comenzó a llevar
a Brenda rodear el cuello
es el mejor. Si
e e indulgen
cosa por ti
delicadas apiladas en el cuarto de lavado
o de fregar había reabierto las heridas de su espalda. Su pierna estaba
con la visión borrosa. Llegó a su habitación
anca y estéril. Una enfermera estaba ajustan
e alta. El señor Garza la trajo él mismo. Estaba muy preoc
traño y doloroso. ¿Damián? ¿Preocupado
habitación se
ira atronadora. Sostenía una pistola y presio