La traición del amor: Un matrimonio forzado
el div
, había sido la esposa de Damián Garza solo en el papel. Una simple transacción para salvar la imagen de su familia después de que mi pad
edidas disciplinarias" de la familia -treinta latigazos- para demostrar que no me estaban echando. Pero entonces, una verdad brutal hizo añicos mi mundo: "Es fals
tentar matarla durante un paseo a caballo. Damián, cegado por su devoción, le creyó cada mentira. Me castigó con una br
s ojos. Mi dolor, mi dignidad, no significaban nada. ¿Por qué le creía
por su crueldad, me envió en secreto a Madrid, concediéndome la libertad que había anhela
ítu
el div
, silenciosas pero firmes, cortando la tensión a
itando de dolor por las heridas ocultas bajo su sencillo ves
en una pesada silla de madera tallada, su rostro una máscara de fría i
ué querrí
el rumbo. "Este matrimonio nunca fue real. Fue una transacción. Una forma de que s
había recibido una bala destinada a Damián Garza, el único heredero. Para manejar el escándalo mediático y proyectar
años, "he sido su esposa solo de nombre. He sido su saco de boxeo, su de
ó a casi u
sto amar a
renda Cortés. El amor de la infancia de Damián, su compañera cons
eñora Garza, con tono displicente. "Eres la
ríe, un sonido
y sabe la verdad. Todo el
mas lejanas ya estaban cuchichean
do de Brenda
va a Brenda a todas partes. Le compró una ma
de la señora
s de oc
uando la presume en fiestas mientras yo me quedo en un rincón como una sirvienta"
ialdad. "El deber de una esposa es ser tolerante. Tienes un título y una
castigo de la noche anterior, una paliza con un cinturón de cuero porque había derramado accidentalmente v
as finalmente asomando a sus ojos, nublando el rostro frío d
un destello de algo indescifrable en sus ojos. Quizás fue la determin
mente la matriarca, las pa
a dio un salto de es
sencillo. Damián es el heredero del imperio Garza. Un divorcio es una vergüenza. Para ganar tu libertad, debes soportar
rza tenía su propio y retorcido código de justicia,
s lazos debe soportar los treinta latigazos", dijo la señ
as heridas que ya tenía. Podrí
del día de su boda pasó por su mente. Damián ni siquiera se había presentado.
omida en el plato a Brenda, riendo y hablando con el
solo para que él pasara horas al teléfono, su voz suave y tierna
intimidad, cuando le ponía un vaso de agua y una pastilla en la mano. "Tómat
tión de su hogar, su lealtad inquebrantable frente a la humillación pública, pudieran a
amado. Nunca lo haría.
haber venido aquí, haber creído en una d
o una broma.
jo Ariadna,
suponía que debía llamar hogar. Cada paso era una agonía. Las
uchó voces desde la sala de estar
e vas a deshacer de ella?
ullo bajo, lleno del afecto que Ariadna había a
bien", hizo un puchero Brenda. "¿Y
nido que era a la ve
importan las apariencias. Y además,
, su mano aferránd
onaba so
el acta de matri
zo de papel para satisfacer a la vieja y a la pr
e abandonó los pulmones de
ls
ferrarse a lo único que creía que era real -su estatus como su es
igna de un acta d
ración. Si el matrimonio no era real, entonces ir
darse la vuelta y salir por l
sala de estar. Era Princesa, la consentida pomerania de Brenda.
tó de su pierna. La sangre em
la perra de encima, pero esta
star. Apareció Brenda, vestida con una bata de
mpujó a Ariadna con fuerza, haci
en sus brazos. Se volvió hacia Ariadna, con los ojos ardiendo de o
Ariadna, señalando
mordería a nadie si no la provocan! ¡Mujer desp
El dolor en su espalda y su pierna la estaban
cioso apareció en sus ojos. Levantó la
brazo para bloquear el golpe, su otr
. Vio la mano de Ariadna extendida hacia Brenda y se movi