Casada con un monstruo: Mi grito silencioso
en una gala de caridad que yo organizaba. Dijo que era una artista
o a impactar. Me pareció de mal
a usar a su propia abuela enferma como una escultura viviente, afirmando que era una
de la reunión. Me acusó de
a por tu sueño! -me había escupido-. ¡S
ó monstruo, aprovechada. Me abrazó y me dijo que nunca dej
Karen Castro era u
ioné, co
ste que era
o, desestimando mis preocupaciones-. Su t
a tan convincente, su toque tan familiar y amoroso. Susurró
. Fui u
r la estrategia. Un vuelo a ZⓈONAMACO para ver su nueva pieza. Siempre tenía una
calofriante realidad de que sacrificaría a mi herma
. Estaba temblando, mi cuerpo sacudido por sollozos. Acepté
o había reunido y firmé el acuerdo de
o se abrió. Una lluvia fría y miserable comenzó
ene, su voz frenética y
Es Kael! ¡
me derrumbé sobre el pavimento mojado. Un do
Ahor
leré hacia el hospital, mis manos tembland
una camilla, su rostro pálido, su cuerpo roto. Irene es
! ¡Tiene qu
í, su rostro una másca
ra. No hay nada
do su brazo. El dolor en mi estómago era un fuego rugien
r sus ojos sobre mí, ver la sangre que
tó un hombre entre la multitud-. ¡Todos tenemos teléfon
estremeció.
manos atadas. T
? ¿Órdene
iró a l
benefactor de este hospital. Dijo...
Sus heridas... ni siquiera son tan graves.
-dijo el médico, con la voz temblorosa-. Te
e su brazo. Sentí un
que mi voz quedó en carne viva. Intenté encontrar un teléfo
ael. La vida se le había es
abía
a asesinado a mi hermano con
le. Me agarré el estómago, jadeando por un
pel. Confié en él. Maté a
lado, su rostro un
mos que salir de aquí. Tenem