Secretos de un CEO
pequeño departamento. Sintió una extraña mezcla de nerviosismo y emoción en su estómago. Había conseguido el trabajo, sí, pero ahora le tocaba demo
o profesional pero cómodo: una blusa blanca impecable y una falda lápiz oscura, con tacones discretos. No quería llamar demasiado la
día -se dij
do el día anterior. Esta vez la saludó con una sonrisa aún más cálida, casi como si fuera una bi
ijo con tono amable, sin ningún indicio de la p
inaba el lugar. Cada detalle de la oficina de Ricardo Díaz parecía haber sido diseñado para proyectar poder y control. Las paredes decoradas con obras de arte
los de alto rango. Sin embargo, al final del pasillo, se encontraba la puerta de la oficina del CEO. La pu
ero su misión era clara: demostrar que estaba allí por una razón. Despué
ó una voz profun
escritorio, completamente enfocado en la pantalla de su ordenador. Su presencia era tan imponente como siempre, su postura recta, su
o Lucía, su voz algo tembloro
enso. Lucía notó cómo sus ojos oscuros la recorrían, evaluando cada detalle, como si estuviera midiendo algo más que su pres
su voz calmada y controlada. No había calor
que la tensión que se había instalado en el aire afectara su confianza. Recordó sus pr
. Necesito que prepares la documentación para la junta de la tarde. Además, hay algunas lla
instrucciones, la forma en que Ricardo hablaba seguía siendo distante, como si no estuviera realmente interesado en e
or -respondió L
stuviera acostumbrado a delegar tareas sin
de los proyectos en los que estamos trabajando han tenido ciertos retrasos y quiero que estés al tan
a la rapidez con la que él trabajaba, aunque sentía que cada movimiento debía s
pondió, tratando de sonar
silla y, por un momento, dejó de mirarla directamente. Era como si ya estuviera pensando en a
ue hagas una investigación sobre algunos de nuestros competidores en el mercad
que estaba pensando, pero Ricardo ya había vuelto a conce
lo har
el CEO de la empresa, pero había algo en el aire que no podía descifrar. La frialdad con la que Ricardo había hablado, su actitud distan
ito innegable lo que la cautivaba; era la manera en que estaba siempre en control, como si nada pudiera desestabil
la información, su mente no podía dejar de pensar en lo que había ocurrido en esa oficina. Se sentía como si hubiera dado un paso dentro d