Secretos de un CEO
diseñado para ser eficiente y preciso. La agenda de Ricardo estaba tan llena de compromisos que Lucía apenas tenía tiempo para respirar entre una reunión y otra. Sin embargo
n secreto guardado celosamente, tanto por él como por las personas que trabajaban a su alrededor. Aunque nunca lo había dicho en voz alta, Lucía no podía ignorar las pequeñas señales: el compo
a una reunión importante, algo que no le era desconocido. Lo que sí le llamó la aten
o urgente que debe resolverse hoy. Necesito que estés al tanto y disponibl
día hacer preguntas, que no debía demostrar duda o curiosidad. La línea entre la profesionalidad y la invasión de la privaci
e que todo funcionara sin problemas. Sin embargo, cuando llegó la hora del almuerzo, algo peculiar ocurrió. Ricardo sali
e. El paso firme de Ricardo resonaba en el pasillo, pero no se dirigió al comedor de la empresa ni a la sala de reuniones que había utilizado tantas veces. En lugar de eso, se dirigió a la salida principal d
coche se alejó rápidamente. Lucía se quedó quieta, viendo cómo se desvanecía en la distancia. No era la primera vez que veía s
l coche negro y la forma en que Ricardo había salido, como si no quisiera que nadie lo siguiera, como si temiera ser visto. Algo no estaba bien. No era solo el trabajo en sí o la
tan nervioso, algo que rara vez había visto en él. Su postura, normalmente tan imponente y firme, estaba ligeramente desa
biera pasado nada. Lucía estaba a punto de irse a casa
oz sonaba diferente. No era la voz fría y profesional de s
u jefe. No había tenido demasiadas conversaciones personales
ndió, aunque algo en su interior le dec
de hablar, como si quisiera asegur
oche. Estaré fuera de la ciudad por algunas horas, pero quiero q
bien había manejado documentos importantes, nunca se le hab
or. Entiendo
si quisiera decir algo más, pero se contuvo. Final
r. ¿Por qué se sentía tan distante últimamente? ¿Por qué todo lo que parecía hacer estaba envuelto en misterio? A pesar de su capacidad pa
que le había solicitado. Todo parecía en orden, pero al mismo tiempo, algo se sentía extraño. Los papeles eran dema
atrapante en la figura de Ricardo, algo que la atraía y la repulsaba al mismo tiempo. ¿Por qué alguien tan exitoso y seguro de sí mismo necesitaba esconde
apaz de desvelar todos los misterios de Ricardo Díaz. Pero, por el momento, sabía que solo h