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El Novio Indeseado

Capítulo 5 Una boda digna de una Windsor

Palabras:1620    |    Actualizado en: 03/08/2025

r y Gabriel Devereux. Las calles cercanas a la catedral estaban cerradas, los paparazzi ocupaban cada rincón dispon

na visión de

Grecia. Su cabello recogido en un moño clásico, adornado con una tiara Windsor, un símbolo que pocas mujeres en

aba en

taba

os, se verí

la medida. Tenía el cabello ligeramente despeinado -como siemp

arse, sus ojos se s

murmuró cuando

-respondió ella con una sonrisa a

rraspeó. La cer

gesto estaba calculado para la prensa. Cuando intercambiaron votos, Gabriel los dijo c

breve. Profe

otos fuero

ta en vivo, fuegos artificiales, un pastel de siete pisos, y los invitados más

olo quería un mo

a su habitación -ahora la habitación nupcial- e

ó. Y

Luego u

ajó furiosa e

os que le informó con una mez

media hora, señora. Dijo que tenía cos

que se le ence

rimera noche juntos? ¿Y é

Se paró frente al espejo y se miró. Su vestido d

príncipe

empo, una Windsor fue aband

antes de quitarse el anillo con

irvió un whisky en una habitación privada.

ella estar

🌹

maquillado, pero sus ojos... sus ojos gritaban una furia contenida. Y él, que había aprendido a leer lo

e susurró al oído la noticia que no quería escuchar: su hijo había desa

arla sola? ¿Cómo podía hacerlo quedar en ridículo frente a los aliados, los soci

adie debía notar la ausencia. Esa noche debía ser perfecta. Esa unión

que caía como seda líquida sobre su cuerpo. Cada movimiento suyo atraía la atención como si fuese un imán. Caminaba con la grac

taba haciendo: estaba salvando la velada. Estaba protegiendo la

tantes el primer baile de los recién casados. El silencio se extendió

n determinación. Llegó hasta ella y, co

e el hono

había rabia, había orgullo... pero nada de eso llegó a sus l

onor, Lord

la novia con su esposo, sino con su suegro. Pero nadie se atrevió a cuestionarlo. La dig

l compás de la músic

No sé qué demonios pasó

ostuvo s

, Lord Devereux

mple que muchos hombres de su edad. Su hijo, en cambio, parecía empeñado en arruina

a reverencia elegante, sonriendo como si nada hubiese ocurrido, como si s

o no ser nunca la mujer abandonada, la esposa desechada. Y Gab

ente a todos era su primera

🌹

e la ciudad, to

ara. Sabía cuántos pasos exactos había desde el ascensor hasta la habitación 409. Lo había contado cien

in anun

había conocido. La única que alguna vez

mad

s en una expresión tranquila, casi como si soñara con algo dulce. Tres

ramo de peonías blancas sobre la m

. Y como siempre, tomó su mano con cuidad

na por la mañana. Mi padre gritó un poco, ya sabes, lo de siempre. Después almorcé con Parker. Vimos a

, solo un poco. S

a pausa

salió en la portada de Vogue el mes pasado... Sí, esa. Sigue s

o dijo que el apellido Windsor ya era parte

por amor. Con una mujer que me hiciera reír. Que me escuchara. Que ent

o el techo. No

hace cosas que no quiere para prote

tió el ardor bajar lento, como un r

oler más o menos. No lo sé. Solo sé que tú no estás para ver

, como cuando era niño y ella

extr

l sonido de la máquina que monitoreaba sus sig

n hombre casado. Pero por dentro, seguía siendo el mismo niño que so

to. No lo fumó. Solo lo sostuvo entre los dedo

esto se convierta en otra j

supiera, ese día

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